Por Farruco Sesto| Lecciones de la historia (Opinión)

Lo que vivimos en Venezuela no es nuevo. La derecha atacando con todos sus baterías, para oponerse a las transformaciones a favor del pueblo, lo han vivido antes muchos países. La conspiración, la deformación de los hechos, la ofensiva mediática implacable, la demonización de pueblo y gobierno, el desconocimiento de cualquier valor o logro alcanzado, para poder destruirlo todo y regresar al pasado, tal como sucede hoy en nuestro país, es algo que conocieron antes otras sociedades. España por ejemplo, entre 1931 y 1936, en su intento de construir una república y progresar en algunos aspectos políticos y sociales, conoció amargamente como eran aquellos procedimientos que remataron con el feroz golpe fascista de la derecha. Es muy interesante para quien quiera encontrar algunas referencias, estudiar a fondo aquella media decena de años republicanos. La manera como las fuerzas reaccionares fueron capaces de crear el clima necesario para dar el golpe y acabar con aquella tibia y moderada experiencia democrática, tras tres años de una feroz guerra civil.

En nuestra América, lo vivió también Chile, y ya conocemos los resultados.

No es nuevo, pues, lo que estamos viviendo. Está escrito en los manuales. Los representantes del capital y de sus intereses, vienen con todos los hierros para arrebatarle las conquistas al pueblo. Y andan locos en eso, envenenados. Creyendo que ya tienen al alcance de la mano sus objetivos, intensifican su cruel guerra económica y aceleran la ofensiva mediática y sicológica. A tal punto, que hasta ellos mismos con el conjunto de sus partidarios, caen en su propia trampa para terminar en víctimas. Sufren ellos como nosotros, con la especulación y el desabastecimiento, y se ilusionan y desilusionan intermitentemente de sus propias patrañas políticas, como si el centro neurálgico del país fuera el hoy triste espacio de la Asamblea.

¡Ah, siguen sin entender el pueblo! Siguen sin comprender nada. Caen en los mismos errores una y otra vez, con más fiereza y desespero, eso si.

Lo he dicho varias veces y vuelvo a repetirlo. Esta Revolución bolivariana y chavista no se devuelve. Sépanlo. Porque los pueblos y sus dirigentes también aprenden de la historia y no van a dejar que ciertos hechos se repitan.

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