Por Walter Ortiz|Lecciones no aprendidas (Opinión)

La finalización de la 69° Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) viene de la mano con lecciones no aprendidas y el avance decidido del Gobierno de Estados Unidos hacia un lamentable estado de guerra total.

Ya ni siquiera pasa por cuestionar al capitalismo como sistema, ya que los números del Banco Mundial (BM) o del Fondo Monetario Internacional (FMI) no pueden presentar resultados al menos óptimos, que no sea pobreza, miseria, exclusión y acumulación de riqueza en pocas manos, lo cual es cónsono con la lógica del capital.

De igual manera, la postura del Gobierno imperial estadounidense, que asumió las riendas del sistema capitalista luego de su victoria en la II Guerra Mundial, es absolutamente coherente con su ejercicio de acción política, a través de su historia.

Esto se observa, en primer término, en las entronización definitiva de aquella “Doctrina de guerra preventiva”, tan denunciada por el comandante Hugo Chávez en la ONU, y que tuvo como primeros episodios la invasión a Afganistán, Irak y el bombardeo del ejército de Colombia en territorio ecuatoriano.

Lo anterior, se ha visto ratificado con la acción militar en contra de una especie de “Estado Islámico”, seguramente creado, cual paramilitares colombianos, en aquellas zonas, y que han servido de base para continuar el ataque militar contra Siria, con el silencio insólito de casi todo el mundo, con honrosas excepciones.

En segundo lugar, esto se hace evidente con una nueva injerencia del presidente Barack Obama en los asuntos internos de Venezuela, llegando incluso a financiar con la bicoca de tres millones de dólares a movimientos en toda la región latinoamericana, probablemente para propagar u concepto de “libertad y democracia”.

Aunque puede ser objeto de debate, esto para nada debe sorprendernos. Dicha actitud es coherente con su destino manifiesto, su Doctrina Monroe y su corolario Roosevelt y con el centenar de intervenciones contra América Latina.

Esto es simple muestra de que, en el caso de América Latina, el Gobierno estadounidense procura los recursos energéticos para librar sus guerras sin problemas; esto pasa por aplastar a la Revolución Bolivariana, cualquier otra visión desconoce de plano la historia reciente.

Por otra parte el Gobierno de Estados Unidos ha decidido asumir su postura de guerra total, al estilo nazi por allá en 1939; garantizar la paz pasa por entender esa situación y que la misma no va a parar por voluntad propia del Premio Nobel de la Paz, lamentablemente.

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