
Su repentina y temprana partida, pues apenas contaba con 55 años de edad, constituyó un golpe bajo para sus familiares y para el país, dado que fue mucho lo que aportó como político, profesor universitario, abogado, magistrado y diputado, de acuerdo con lo expresado por sus seres queridos al Correo del Orinoco. Asumen que su legado trasciende lo familiar y abarca lo popular.
Carolina Escarrá Gil, la mayor de sus hijas, confesó haber estado muy influenciada, tanto en lo personal como en lo profesional, por la figura de su padre. “No habíamos estado tan vinculados a sus cargos políticos o con sus roles, pero sí con la política en esencia, y sobre todo con el poder popular, que fue su gran sueño”, refirió.
Dijo, en ese sentido, que lo que humildemente pudo hacer tanto en el ALBA como en Estados Unidos, donde trabajó como agregada cultural al final de su tiempo como consejera en la embajada venezolana, fue de alguna manera desarrollar el concepto de cultura social.
“Había que demostrar lo que estaba sucediendo en Venezuela y defender las ocho estrellas. Fue cambiar esa cultura del coctel e invitar al Departamento de Estado y a los venezolanos a escuchar un concierto y en su lugar, más bien organizar cine foros con ponencias de personas como Adina Bastidas”, justificó.
IDENTIFICACIÓN QUE SE MULTIPLICA
Hace meses, Carolina Escarrá ideó junto a su madre y hermanos una fundación que lleva el nombre de su padre. Mediante esta iniciativa, la politóloga busca difundir la vida y obra de Carlos Escarrá, pero no para satisfacer un anhelo personal sino para propiciar el bienestar del pueblo, a través de los conocimientos y la experiencia que éste aportó en sus distintas facetas.
Señaló que su padre “tuvo una capacidad impresionante, al igual que el presidente Chávez, de decirle al pueblo de manera sencilla aquellas cosas que son difíciles de entender”. Esa virtud generó un vínculo de identificación con el pueblo e hizo que se multiplicará el número de grupos que llevan su nombre.
“En Petare hay un grupo con el nombre de papá, que trata el tema de la vivienda, en Pdvsa hay un frente que también lleva su nombre y en el Ipasme hay una sala llamada Carlos Escarrá. Además está el Movimiento Nacional de Abogados y Juristas Bolivariano y una organización de comuneras y comuneros a nivel nacional que creó un espacio de formación con su nombre”. Incluso, reconoce con cierta preocupación que hasta hay un grupo armado que, en nombre de Carlos Escarrá, ha tomado algunos espacios y manifestado sus posiciones.
“La idea es articular con todos estos grupos y espacios, y ver cómo nos apoyamos mutuamente para hacer, no solamente que ese legado de papá no se pierda, sino que no se desvíe y se le dé una categoría distinta a la que tiene”, enfatizó.
GUERRA SUCIA QUE NO FUNCIONÓ
Carlos Escarrá siempre fue coherente en su discurso, destaca su hija Carolina. “Él estaba con gente de las instituciones del Estado y mantenía el mismo discurso que utilizaba con la gente de los Consejos Comunales, con sus estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello o con sus estudiantes de la Universidad Central de Venezuela”, asintió.
Por ello, manifestó sentirse incómoda tras encontrarse con informaciones muy desagradables que se han dicho sobre él, en especial, un video que circuló por internet mediante el cual pretendieron hacer creer que con frecuencia visitaba la ciudad de Miami para hacer turismo.
“A mi ese video me dio risa, entre otras cosas, porque cuando le dieron la visa para ir a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), fue restringida, y de paso le revisaron hasta las medias en el aeropuerto, ¿entonces cómo iba a estar en Miami disfrutando?”, fustigó.
Por el contrario, sus gustos y preferencias lo llevaron a recorrer otros espacios geográficos, refutó. “Nosotros conocimos Cuba en el año 1994, cuando nos llevó y nos dijo, ‘yo quiero que ustedes conozcan la realidad y no solamente lo que dicen los medios de comunicación’, y esto fue en la etapa más difícil de Cuba”, refirió.
Anteriormente, entre los años 2002 y 2003, también habían intentado empañar su imagen a través de una campaña de descrédito familiar, recordó la hija mayor del abogado. “Se empezó a decir que él nos hacía daño, que nos maltrataba y que era un mal padre, cosas que a uno lo afectaban, sobre todo por ser tan jóvenes en ese momento, pero al final entendimos que se trataba de un ataque y guerra sucia”.
LA IDEOLOGÍA Y EL AMOR SIEMPRE PRESENTES
El segundo de los cuatro hijos de Carlos Escarrá, Alejandro, considera que los valores ideológicos y la capacidad técnica que poseía su padre fueron una “mezcla hermosa” que siempre vio como “el sur” de sus actuaciones.
“Como decidí ser abogado, su influencia en lo profesional es medular. Siempre quise ser anónimo, desde la universidad, pero nadie era indiferente a Carlos Escarrá, y siempre llegaba la típica pregunta, eres hijo de Carlos o de Hermann, así que siempre estaba ahí”, apuntaló.
Por si fuera poco, le dio clases dos años seguidos, “los últimos antes de graduarme”. Aunado a ello, la trayectoria política de su padre y tal vez la misma situación del país lo han llevado a cerrar filas, “a ser cada vez más consecuente y más claro con las convicciones políticas”. Como abogado constitucionalista, hoy ejerce en la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.
Otra virtud que admiró del padre fue su capacidad de amar. “Amó infinitamente a mi abuela, siempre he creído que retaba a la muerte ya que había dos opciones, o la superaba o se iba al encuentro con su madre, la abuela Gladys”, sintetizó. Esta pérdida nunca la pudo superar, “incluso en sus momentos de mayor alegría, su recuerdo siempre estaba presente, ella era su todo”.
“También amó infinitamente a mi madre, Luz María, hasta sus últimos días. Solo su otro amor, que fue dedicarse a la patria, pudo separarlo de ella, aunque nunca dejó de amarla. Amaba estudiar, leer, defender la patria”, reveló.
Carlos Escarrá siempre soñó con la patria buena de Alí Primera, y si bien trabajó por ello, la meta de alcanzarla todavía está lejos, estimó su segundo hijo. “Soñaba con mucha más justicia social, no de la clasista, igualdad ante la ley, con mayor igualdad, con más poesía, con más amor. Cosas que se han venido alcanzando, pero cuya meta aún está muy lejos”, insistió.
Definitivamente, el legado que deja Carlos Escarrá tras su partida, según su hijo Alejandro, es “el amor a la patria y la pasión por defender los intereses del pueblo como eje fundamental en la búsqueda de la mayor suma de felicidad posible”.
AMOR A LA MATRIA Y EL VALOR DE LA MADRE

Con el mismo sentimiento expresado por Carolina y Alejandro, Luz María Escarrá, la tercera hija de Carlos Escarrá, define a su padre como “un ser polifacético”. Desde la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Corea, donde se desempeña como Primera Secretaria, relató vía electrónica algunas de sus anécdotas al lado de su mentor.
“Conmigo fue un compinche, amigo íntimo, maestro, padre, ejemplo y hasta profesor de deportes. Con el compartí a muchos niveles en momentos distintos y circunstancias distintas que nos planteó la vida a ambos”, admitió.
“De niña recuerdo mucho el acercamiento deportivo. Él me enseñó valores, compromisos, lealtades, resistencia y tantas otras cosas por medio del deporte. A papi le encantaban los deportes, especialmente el futbol, futbolito, beisbol y softbol. Una persona es lo que es con corbata o con tacos. Se es lo que se es donde sea que uno esté y él siempre lo demostró”, rememoró.
La influencia del hogar donde se crece es muy importante, reflexiona Luz María, quien siguió los pasos de su padre y se licenció en derecho. “Papi influyó en mi madre y en mis hermanos y ellos cuatro influyeron en mí; sus ejemplos, exigencias y formas de ser son aspectos que he tenido de referencia, para tomarlos o dejarlos”.
Haciendo alusión al papel que jugaron sus padres en torno a la obtención de valores, principios e ideales, recalcó que en su hogar la autoridad moral fue un principio básico, así como la solidaridad, el compartir, la disciplina, los retos constantes y la comunicación.
Admitió que en su hogar se practicaba la sensibilidad social, lo que le permitió conocer realidades que muchos desconocen, como el amor a la Matria y el valor de la madre. “Para papi, la madre y la Matria se fusionaban, eran una sola y eran lo más sagrado. Eso lo aprendí tan bien que en algún momento, cuando jugaba a ponerme en situaciones incómodas, me preguntó que a quién amaba más entre él y mami, y yo le dije: indiscutiblemente mi madre, eso usted me lo enseñó”.
“Papi era un gran apasionado y un gran soñador, eso hizo de él lo que fue. Él puso todo su ser por ese gran sueño: la Matria hermosa de quien se enamoró, creo que se entregó a ella y lo arriesgó todo, hasta la vida misma. Él siempre nos recordó que primero la Matria, segundo la Matria, tercero la Matria, luego mami y nosotros y después el resto del mundo, y así lo entendimos”, acentuó.
SU SUEÑO: LA TRANSFORMACIÓN DE LA PATRIA
Nadie mejor que Luz María Gil para describir a Carlos Escarrá. Ella es la madre de sus tres primeros hijos. Se conocieron cuando Carlos tenía 15 y ella 17, al comenzar el propedéutico para estudiar derecho en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) “porque la UCV estaba cerrada”, aclara. Compartieron 27 años de matrimonio.
Escarrá “siempre soñó con la transformación de la patria”, afirmó. De hecho, recuerda que en la primera conversación que sostuvieron éste le dijo que “dedicaría su vida a ello, que nunca se casaría, pues construir un hogar requería dedicación y a Venezuela dedicaría su vida entera”.
Aunque se formaba como abogado, rememora, él era un profundo estudioso de la ciencia política y era lo que realmente amaba. “El derecho para él era una superestructura, pero la abogacía fue el instrumento para lograr justicia, y supo utilizarlo muy bien desde su ejercicio profesional y de la magistratura”, certificó. Pero “el sueño de la transformación de la patria lo mantuvo y trabajó por él a lo largo de su vida, desde cualquier espacio”.
También amaba la docencia, amplió su exesposa. Con los alumnos, leía poesía, otra de sus grandes pasiones, jugaba pelota, enseñaba a través de múltiples actividades. Ellos eran como sus hijos, estimó Luz Marla. A ellos “les examinaba varias veces, buscando el aprendizaje real y la excelencia”. Asimismo, fue padrino de promoción en muchas oportunidades “y lo merecía, su dedicación a ello, era extrema”.
Además, él sentía una gran debilidad por la maternidad: “Decía que el hombre que no entendiera que la mujer era un ser superior, no era un hombre inteligente. Quiso profundamente a su madre y con ella a la mujer y madre venezolana”.
En cuanto a su personalidad, lo define como un hombre crítico e intenso. “Todo lo hacía con extrema pasión y compromiso, era solidario, noble y buen amigo. Era muy frontal, irreverente, con un verbo muy fuerte. Se exigía mucho, más allá de lo posible, no le importaba si dormía o comía, sentía que había mucho por hacer y cuando asumía compromisos, no descansaba hasta lograrlos”, detalló.
UN GRAN AMOR Y UN GRAN MAESTRO
Inés Adarme, la última compañera sentimental del jurista y madre del pequeño Carlos Alejandro, su cuarto y último hijo, reconoció que este fue, “además de un gran amor, un gran maestro”. Fue su profesor en la Universidad Central de Venezuela. “Ahí lo conocí, aunque a veces creo que ya lo conocía desde mucho antes”, enfatizó.
Para la también abogada, Carlos Escarrá “era una persona irreemplazable, invaluable; un hombre profundamente humano, bondadoso, generoso y disciplinado, que me dejó una gran enseñanza en cuanto a lo que verdaderamente es el trabajo, la nobleza y la bondad”.
Aunque no era católico, precisó, él amaba la condición humana y se preocupaba por la perfección del hombre a través del hombre mismo, de su conciencia, de sus valores e inclusive, del amor hacia todos los elementos de la tierra.
Inés está integrada a la Fundación Carlos Escarrá Malavé y participa en las actividades que esta desarrolla, consciente de que esta iniciativa permitirá seguir manteniendo en alto el nombre y la obra de este ilustre venezolano. “En cierto modo es difícil, porque pasa el tiempo y a veces uno cree que él sigue estando aquí, pero es una manera de darle continuidad a su legado”, ratificó.
Pese a que desde algunos sectores se intentó calumniarlo, porque en su opinión “no podían superar el hecho de no tener en sus filas a un hombre de su nivel”, él era una persona “incorruptible”, por eso asumió los ataques contra su pareja “con valentía y desde la verdad”.
GDC Y ALCALDÍA DE CARACAS LE RINDEN HOMENAJE HOY
El Gobierno del Distrito Capital, la Alcaldía de Caracas y la Fundación Carlos Escarrá rendirán un homenaje al jurista, a un año de su desaparición física, hoy a las 6:00 pm en el Teatro Principal de Caracas.