Cuantiosas son las muertes con las que han cargado encima muchos de los personeros que representan a la caterva fascista venezolana.
Algunos lo vienen haciendo desde hace más de dos décadas, como es el caso del ¡al fin! imputado Antonio Ledezma, quien ordenaba a la extinta Policía Metropolitana (PM) a que repeliera con furor las manifestaciones estudiantiles y de las personas de la tercera edad que reclamaban el pago de sus pensiones, por citar algunas; aunado al hecho de haber sido partícipe de la mayor represión gubernamental aplicada en contra del pueblo venezolano conocida en nuestra historia como El Caracazo, pero a pesar de ello la inmoral prensa derechista nacional e internacional intenta victimizarlo luego de su tardía, pero justa, aprehensión por estar también implicado en el recién fallido plan golpista.
Otros, como es el caso de Henrique Capriles, ¡invicto en derrotas!, carga consigo los asesinatos de aquellos compatriotas que alegremente salieron a festejar el último e imborrable triunfo del comandante Hugo Chávez, producto del llamado a sus seguidores antidemocráticos al descargue de sus soberbias (eufemismo del autor).
En sociedad les acompaña Leopoldo López, “líder” de las mal llamadas “guarimbas” -mal llamadas porque a simple vista parecen unas pacíficas e inocentes revueltas “estudiantiles”, pero en realidad son parte de todo un plan asesino y criminal que violenta abruptamente el orden social-, suscitadas por cierto el año pasado, en donde, hay que repetirlo, perdieron la vida casi media centena de compatriotas como resultados de sus actos fascistas. Este sujeto ya tiene su ofrenda.
De forma agazapada les sigue la trama la “hollywoodense” exdiputada María Machado, quien pronto tendrá que comparecer ante la ley, por cómplice de toda esta serie de conspiraciones que intentan acabar con nuestra Revolución Bolivariana y el gobierno del camarada Nicolás Maduro.
Por último, y no por eso termina la larga lista, es menester mencionar a Julio Borges, que pronto pasará de diputado a imputado, por su vinculación en muchos de estos viles e inhumanos episodios de nuestra historia, además de haber sido delatado como otro de los autores del ya citado plan golpista, en donde seguramente, si se hubiese llevado a cabo, ¡a Dios gracias que no fue así!, hubiesen fallecido numerables compatriotas.
A nuestros caídos en manos de ustedes les llevaremos muchísimos ramos con flores rojas, que representan el amor y la Revolución, pero a ustedes les llevaremos un inolvidable ramo verde. ¡Cumpliremos!