Por Nelson Guzmán|Las locuras de la razón (Opinión)

Sería bastardo defender el ajusticiamiento que sufrieron en la sala Bataclán los ciudadanos que acudieron esa noche a disfrutar el espectáculo musical. El terrorismo no tiene razones ni ninguna dispensa legal. Ese 13 de noviembre también se programó la muerte masiva de los hinchas que acudieron al Estadio de Francia.

Paris ha sido con frecuencia una ciudad asediada por las pasiones políticas e intelectuales. Desde la Ilustración la razón es pasión. Alain Badiou condenó en su debido momento el asalto que se cometió contra el semanario Charlie Hebdo, se ajustició sin escrúpulos en nombre de Dios, de Mahoma, de las creencias ancestrales. En verdad que el mundo es un tabloide donde el occidente capitalista pretende marcar la pauta.

En su siniestro afán de civilidad los países imperiales no hacen más que lamentarse del atropello de los barbaros y de la impiedad de sistemas religiosos que parecieran no conocer la compasión, cuando en verdad lo que hemos visto en los últimos años es la destrucción masiva de pueblos inocentes. Estados Unidos en el Medio Oriente armó a los iraquíes en su guerra contra irán. El Tío Sam ha ido repartiendo armas y bombas de acuerdo a sus intereses. El Estado Islámico es otra de sus invenciones, han ido deponiendo gobiernos que contaban con la anuencia de sus ciudadanos para montar a sus aliados

La destrucción por la OTAN de Libia, de Afganistán, de Siria no ha hecho más que agilizar la catástrofe. El oficio del occidente capitalista es la guerra. En países como Francia, Alemania, Inglaterra la pobreza extrema se puede apreciar en los barrios donde viven negros y árabes, sus padres fueron convocados para la reconstrucción de Francia después de la Segunda Guerra Mundial, pero sus retoños, hijos de árabes, de colonizados, padecen del odio guardado de un sistema que no ha logrado integrarlos en equidad. Francia ha bombardeado a mansalva a pueblos inocentes. El Estado se sostiene en la desigualdad, muy atrás parecen haber quedado los enciclopedistas.

El mundo está hoy asaltado por la demencia, las viejas pasiones apocalípticas del terror no han terminado de ser desterradas del espíritu humano. Hace unos 10 años se prohibió en el sistema escolar francés la utilización de la indumentaria musulmana que los vinculara con sus credos religiosos. La integración lograda en los términos de que yo como Estado estoy autorizado a dictar cátedra de lo que debe ser la tradición de los pueblos, es un absurdo.

Esas medidas siguen aferradas a un estereotipo que dicta cuál debe ser la religión y el perfil del ser humano. La demencia de la razón llevó al occidente al menosprecio de los indígenas, de los negros, de los homosexuales y de toda la diferencia. La locura de sustentarse en un islam sostenido en el poder de las bombas, de los asesinatos es reprochable, como lo es la idea de convocar a marchas contra del Islam. Lo que ha sucedido tiene su asiento en los bombardeos de Siria, de Irán, de Afganistán, de Irak, de Paquistán. Las balas, los cohetes de occidente no han sido capaces de imponer una situación de convivialidad.

Creo que occidente debe hacerse el autoanálisis y saber que mientras continúen con la política del saqueo de los pueblos, no habrá paz. El pueblo libio ha sido reducido en nombre de la libertad, Siria ha sido destruida apostando en sus inicios en fortalecer el Estado islámico, Irak fue sumido en la guerra interna azuzando la confrontación entre sunitas y chiitas.

guznelson@yahoo.es