TINTA CRUDA
POR: ALFREDO CARQUEZ
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Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) acaba de cumplir 42 años. Este aniversario pasó bajo la mesa, tal vez por la crisis económica, política y social que intenta superar el país y por la delicada situación interna que sufre la principal empresa nacional.
Desde la llegada de las grandes compañías petroleras estadounidense e inglesas, que se hicieron con el negocio de la explotación y comercialización de nuestros hidrocarburos, los distintos gobiernos venezolanos fueron avanzando gradualmente y con mayor o menor intensidad en sus reclamos por obtener cada vez mas, una mayor porción de los beneficios que se obtenían por esa actividad.
Y esa dinámica de conquistas de reivindicaciones políticas, económicas y fiscales (por ejemplo, creación de la Ley de Impuesto sobre la Renta, aumentos de la tasa de regalía, obligatoriedad de construir refinerías en Venezuela, etc) que fue incrementando su intensidad y velocidad a medida que pasaban los años, culminó con la nacionalización de la industria petrolera promulgada por el presidente Carlos Andrés Pérez.
La complacencia de ir a la nacionalización del sector petrolero había sido anunciada meses antes por los presidentes de la Creole Corporation y la Shell y no por el Presidente de la República de ese momento (Rafael Caldera). De hecho tal noticia sorprendió a tirios y troyanos en medio de una campaña electoral en la que ese tema no fue parte de las promesas y propuestas de los principales contendores.
De ese proceso dirigido por intereses foráneos nació Pdvsa. Su cuadro gerencial en pleno provenía de las transnacionales que fueron absorbidas por la compañía criolla. Y estos trasladaron sus cosmogonías empresarial y política a cada una de las filiales creadas por el Estado: Maraven, Lagoven, Corpoven, etc.
Eso explica en buena medida la postura asumida por muchos trabajadores de la empresa durante el paro sabotaje (2002-2003) promovido por la antigua versión de la Mesa de la Unidad Democrática, es decir, la Coordinadora Democrática.
Surge la Nueva Pdvsa tras la derrota de la intentona antes mencionada: una compañía distinta, comprometida con los intereses nacionales y, obviamente, con la Revolución Bolivariana. Sus trabajadores fueron fundamentales para el sostenimiento del gobierno del presidente Hugo Chávez y para el respaldo y consolidación de herramientas legales tales como la Ley Orgánica de Hidrocarburos, así como también para el desmontaje de las condiciones entreguistas al capital extranjero establecidas por la Apertura Petrolera.
Esta es la Joya de la Corona a la que muchos han querido, quieren o le han puesto la mano. Hace un par de décadas se planteó abiertamente la privatización de 15 por ciento de su capital, iniciativa que murió con la IV República.
Sin embargo, ese riesgo sigue latente puesto que si bien no puede hacerse tal cosa con la casa matriz, si se podría llevar a cabo con cualquiera de sus filiales que al fin y al cabo son las que producen petróleo y gas. Hasta la fecha no se sabe si en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) se debate o no este tema.