TINTA CRUDA
POR: ALFREDO CARQUEZ S.
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¿Dónde estaba la oposición? Se preguntaba el amigo Roy Daza en su columna Punto crítico, publicada en la edición de el Correo del Orinoco del viernes pasado.
Pues bien, aprovecho este espacio para ayudarlo a despejar esa incógnita. La dirigencia de la oposición venezolana está donde hay billetes verdes.
Quienes dicen encabezar esa agónica alianza circunstancial y esquizofrénica en la que ha devenido la Mesa de la Unidad Democrática, están muy ocupados y con seguridad muy preocupados.
Pero no porque estén tratando de elaborar propuestas para resolver los problemas que enfrenta el país. Con seguridad para eso cuentan con los mismos asesores que experimentan en Argentina sus teorías macroeconómicas, despojando a ancianos, discapacitados y veteranos de la Guerra de Las Malvinas, de sus pensiones.
Los autonombrados jefes de la oposición existen, imposible negarlo, ahí están para demostrarlo innumerables fotografías tomadas en capitales extranjeras en las que muchos de ellos posan junto a enemigos de la Nación sin ninguna vergüenza. Pero aun así sus figuras se desdibujan en las páginas de nuestra historia porque les falta consistencia.
Por eso tampoco logran concentrarse en la inminente campaña electoral. A pesar de haber pedido elecciones adelantadas durante casi todo 2017, cual novio locamente enamorado pide otras cosas, aun no deciden si van o no a participar en los comicios.
No logran ponerse de acuerdo. No saben aun si presentan un solo candidato producto del consenso (de Washington), si se van por la vía de las primarias -con cuota de entrada en divisas y quema de libros de votación, incluidos- si acuden a los comicios todos los autopostulados hasta la fecha o si terminan reprobados por inasistencia.
Termino respondiendo la interrogante de Daza. ¿Qué dónde está la oposición? Insisto: están donde hay billetes verdes.
Sus líderes deben estar sacando cuentas, mirándose con desconfianza y de reojo unos a otros, para determinar cómo se repartirán los nueve (9) millones de dólares que les acaba de aprobar Donald Trump para financiar sus pacíficas y muy democráticas actividades.