Los antivalores globales de Occidente pretenden engullir las oportunidades contra la Covid-19

La vacuna contra el coronavirus se ha vuelto un nuevo “El Dorado” para el liderazgo de las potencias occidentales, cuyas expresiones de saqueo y exclusión están de nuevo presentes como enemigos de la humanidad

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En estos días de una pandemia inesperada se ratifican los antivalores predominantes en el liderazgo de las grandes potencias occidentales, el hegemonismo, la caza de oportunidades para posicionarse en su esquema de dominación y exclusión, el egoísmo, la codicia. Todo lo contrario a una palabra que se repite cotidianamente desde los principales organismos multilaterales para superar esta difícil situación que vive la humanidad: la solidaridad.

La búsqueda de una vacuna contra la Covid-19 se ha convertido en un nuevo “El Dorado” para el hegemonismo occidental. No tienen rubor alguno en asumirlo, en que se trata de una carrera para empujar a otros al precipicio, para morder espacios, para chantajear. Mientras China y Rusia reiteran su disposición a la solidaridad en la investigación científica, en sus productos e insumos para enfrentar la pandemia, en Washington, Londres, París y Berlín advierten que no están dispuestos a tolerar compartir con nadie.

Grandes poderes económicos que no necesariamente se identifican como cabeza de grupo en las naciones del hegemonismo occidental, o más directamente en las capitales del imperialismo, actúan una y otra vez para que no solo se trate de intereses geopolíticos, sino que sirva también para favorecer la acumulación de más y más riqueza, al final no es de salud como un derecho de lo que hablan.

Así van satanizando en contradicciones internas a medicamentos si son más baratos, si son factibles de ser producidos en las naciones del Sur. Allí actúan muy rápido sus “investigaciones”, allí se dan dictámenes finales sin comprobaciones, tal como hacen con sus políticas arbitrarias de sanciones, esta vez contra la ciencia.

Lo mismo hacen contra las posibilidades de la medicina natural, de los saberes tradicionales, que podrían tener un compartimiento científico y alguna efectividad, eso tampoco importa, no permite el saqueo, la acumulación de capital y la exclusión, no es “saludable” para las finanzas de los poderosos.

La vacuna en preventa ya agotó sus entradas

En las potencias occidentales las empresas van jugando su propio juego y su competencia insana en la búsqueda de la vacuna. Muchas se han puesto en una especie de preventa sin haberse confirmado aún su efectividad o sin que se hable de sus probables efectos secundarios. Lo más odioso de este hecho es que no solo son vacunas en preventa, sino que también los poderosos ya agotaron todas las entradas y comprometieron lo que les venga en gana.

Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania encargan y apartan millones de unidades de su “mercancía”. Algunos organismos multilaterales muestran lágrimas, pero no actúan, quizás son impotentes. Hay intermediarios globales más poderosos, los que de verdad manejan el dinero del que carece, por ejemplo, la OMS.

Uno de estos intermediarios es la sociedad Galvi. Bajo el rostro de mercadeo caritativo y filantrópico, esta organización impulsada por Bill Gates acumula recursos para diversos prototipos de vacunas, los que más aporten al pote más se benefician, ¿cuál es la presunta “caridad”?

Los “donantes” aseguran vacunas para el 20% de su población. Una “nueva normalidad” en la que Galvi sugiere a los grandes donantes, que a la vez son sus grande compradores, donar las vacunas “si les sobran”.

Al respecto, Anna Marriott, una de las voceras de Oxfam Internacional, señala: “Al dar a los países ricos este plan de respaldo, les dan las mejores posibilidades”. Y agrega: “Pueden comprar toda la provisión por adelantado, lo cual limita lo que Gavi puede distribuir al resto del mundo”. Obvio que el portavoz científico de Galvi, Seth Berkley, dijo que esas críticas no ayudaban. Claro, no me saquen la sábana para que no vean lo que escondo.

Los gigantes farmacéuticos de Occidentes están en plena carrera, así como han sido voraces en la propagación de sus antivalores humanos y científicos. Durante los cinco meses de pandemia, las grandes farmacéuticas no han dejado de especular, de imponer precios arbitrarios. Si solo en 2018 acumularon 1,2 billones de dólares en beneficios, se trata de más del 1,3% del PIB mundial.

Hay ya indicios de que con la pandemia siguen posicionándose como los grandes ganadores de la tragedia de salud humana. Revisemos, por ejemplo, lo del Remdesivir, el medicamente que fue promocionado estelarmente por las agencias de noticias occidentales como el gran aliado en el tratamiento de pacientes con Covid-19.

Muchos se quedaron en la información de que el Gobierno de Estados Unidos había adquirido casi toda la existencia de Remdesivir. Pero hay más detalles, Gilead, la casa farmacéutica fabricante, fijó en 2 mil euros el precio del medicamento para un tratamiento por paciente, cuando en realidad vale seis. ¿Eso no te lo dijeron verdad?

Mike Davies es un sociólogo e investigador de la Universidad de California. En su libro Llega el monstruo afirmó: «Solo doce compañías farmacéuticas fabrican vacunas antigripales, y el 95% por ciento de su producción se consume en las naciones más ricas del mundo».

El sector farmacéutico es uno de los más concentrados en el “capitalismo libre”: 230 laboratorios en todo el mundo concentran la mayor parte de mercado mundial del consumo, entre esos, cuatro consorcios globales predominan sobre el resto.

Durante la pandemia, las principales casas farmacéuticas y biotecnológicas son las que más han visto elevar el precio de sus acciones en los mercados de valores. No olviden esta cifra: los 15 principales laboratorios farmacéuticos de Estados Unidos en conjunto han sumado en 2020 cerca de 121.224 millones de dólares en valor de capitalización.

Las casas farmacéuticas Novavax y Moderna llevan la cabeza respecto a esto: han elevado el precio de sus acciones en 921.86% y 233.23% respectivamente. Ambas son empresas que desarrollan vacunas experimentales. ¿Dónde quedarán los valores de solidaridad y cooperación que la OMS fomenta? Ganan más que cualquiera, sin que ni siquiera se sepa si sus experimentos serán realmente eficaces. ¿Habrá rápidos informes que descalifiquen sus innovaciones?

Las alternativas

Así como hay un mundo donde la vieja y la nueva normalidad son más de lo mismo, hay dos países que han asumido un liderazgo diferente. China y Rusia avanzan con diversos prototipos de vacunas y con medicamentos. Los líderes de estos dos países han resaltado que sus esfuerzos servirán para el combate global a la pandemia y tendrán en cuenta las especiales necesidades de los países con menor potencial económico.

Más allá de lo científico, la mayoría de los países del Sur, más China, Rusia e Irán, han defendido en los organismos multilaterales la necesidad de la solidaridad y la cooperación.

China ha logrado importantes avances con, al menos, tres prototipos de vacuna, todas ellas han avanzado de su fase inicial y se encuentran en etapa experimental. Una de ellas empezó a ser utilizada por su Ejército Popular de Liberación, hasta ahora con resultados satisfactorios. Obvio que ya la falsa ciencia occidental comienza a descalificarla, con la réplica de los grandes medios, cuestionan sus efectos secundarios. Beijing les ha recordado al respecto cosas que nosotros los seres humanos comunes y silvestres ya sabemos, que hay vacunas que se utilizan cotidianamente en nuestro mundo y no son cuestionadas, pero que causan efectos colaterales más severos aún. ¿Quién no conoce de casos de los efectos que causan algunas vacunas obligatorias en los niños menores de 5 años? Sin embargo se usan y cumplen con un objetivo.

La vacuna utilizada por los militares chinos es calificada por las autoridades científicas del país como de «buena seguridad» y con garantía de «alta inmunidad».

En su discurso en la cumbre mundial virtual sobre la Covid-19, organizada a mediados de mayo por la OMS, Xi expresó que si China llega a encontrar una vacuna, la convertirá en un «bien público mundial» y asequible en los países en desarrollo.

Por su parte, el Ministerio de Salud de Rusia, informó hace poco que al menos 17 de los 47 prototipos de vacuna contra el nuevo coronavirus desarrollados en esta nación ya reportaban serios avances, en tanto con tres realizaban pruebas clínicas en voluntarios.

Uno de estos prototipos rusos de vacuna ya culminó exitosamente su prueba en humanos, se trata de una vacuna inactiva que no posee partícula alguna del virus del Sars-Cov-2.

Además, Rusia presentó, especialmente para Latinaomérica, un fármaco de comprobada eficacia entre los tratamientos contra la Covid-9, se trata del Avifavir. Este medicamento tiene efectos especialmente positivos si se usa en las etapas inicial y media de la enfermedad.

“Nuestra prioridad son aquellos países donde el número de infecciones por coronavirus está aumentando considerablemente”, explicó el director del Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF), Kiril Dmítriyev, para explicar por qué escogieron en primer término a América Latina para la comercialización y distribución de este medicamente. En Rusia, el medicamento es usado de manera gratuita en tratamientos.

T/ Chevige González Marcó
F/ Archivo CO
Caracas