Los CLAP: dos años de triunfos del Poder Popular

“Hoy 3 de abril va a nacer a escala nacional los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, los CLAP. 3 de abril, anótenlo, comienza una revolución económica en el sistema de distribución de alimentos del pueblo venezolano, por la vía del socialismo”. Con estas palabras el presidente Nicolás Maduro formalizó el lanzamiento de esta herramienta diseñada para combatir los efectos de la guerra económica que afectaba el acceso del pueblo a los artículos de la cesta básica.

De acuerdo con el artículo 2 del Decreto de Estado de Excepción y de Emergencia Económica publicado en la Gaceta Oficial 6227, el 13 de mayo de 2016, los CLAP forman parte de las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional “para que el sector público asegure el apoyo al sector privado en la producción, comercialización y sana distribución de insumos y bienes que permitan satisfacer las necesidades de la población y el combate de conductas económicas distorsivas como el bachaqueo, el acaparamiento, la usura, el boicot, la alteración fraudulenta de precios, el contrabando de extracción y otros ilícitos económicos”.

Desde su nacimiento, la iniciativa fue concebida con la participación del Poder Popular. El primer Mandatario se basó en la experiencia organizativa lograda por los consejos comunales y las comunas para garantizar el impulso inicial en la distribución de los alimentos y productos de primera necesidad a los sectores mas necesitados de la población.

La tarea fue vertiginosa. Los CLAP se organizaron en torno a los consejos comunales, eligieron responsables, y sin pérdida de tiempo se efectuaron los primeros censos con el fin de precisar el número de familias con las características para ser beneficiadas.

La información ayudó a contabilizar la cantidad de bolsas o cajas de alimentos necesarias para abastecer a los hogares censados. Con estos datos, los encargados solicitan las cajas al Ministerio de Alimentación, ente encargado de abastecer los alimentos subsidiados por el gobierno revolucionario.

Entre los productos que incluyeron las primeras bolsas CLAP destacan, arroz, lentejas, caraotas, atún, aceite, pasta, harina de maíz precocida, azúcar y leche. Algunos de producción nacional, pero en su mayoría, provenientes del extranjero, de países como México, Canadá, Brasil y Estados Unidos, entre otros.

En lo que respecta a los centros de acopio y de distribución en las comunidades, los CLAP se valieron de los locales que integran la red de abastecimiento de alimentos del estado: Mercal y Pdval.

32 mil 600 CLAP

Recientemente, durante su participación en la Jornada de Solidaridad Todos Somos Venezuela, realizada en el Teatro Teresa Carreños, el coordinador nacional de los CLAP, Freddy Bernal, sostuvo que los CLAP constituyen una de las herramientas estratégicas del Estado, junto al Poder Popular, para combatir la guerra económica.

En su disertación, el también titular de la cartera de Agricultura Urbana destacó el impacto de organizaciones de base, entre ellas los CLAP, para el impulso de la economía, en la movilización y participación política y social desde lo local: “Los CLAP llegaron para quedarse, se mantienen en batalla permanente contra la guerra económica y en protección a nuestro pueblo”.

De acuerdo con Bernal, a la fecha se contabilizan 32 mil 600 CLAP a escala nacional, los cuales distribuyen 60 mil toneladas de alimentos semanalmente. Asimismo, resaltó el trabajo de 11 mil de estas instancias, en la producción de alimentos de ciclo corto como legumbres, turbérculos, cría de especies menores como conejos, ovejas, gallinas, y la fabricación de artículos para la higiene personal, de limpieza del hogar y uniformes escolares.

Al cumplirse dos años de sus creación, los CLAP han demostrado ser un modelo productivo y de distribución de alimentos en el que se concentran, si no todas, gran parte de las características que deben poseer las organizaciones sociales concebidas como base de lo que está llamado a ser el nuevo modelo productivo posrentista. Es un modelo en el que destaca la solidaridad, un valor manifiesto en el trabajo desinteresado de las y los integrantes de las comunidades encargados de su organización.

Dado el éxito logrado, la experiencia se multiplicó en distintos sectores de la economía popular venezolana. Se crearon los CLAP pesquero y los textiles encargados de la producción y distribución de uniformes escolares.

A la fecha, la organización continúa en manos del Poder Popular, el cual cuenta con el apoyo del Estado para la adquisición de los productos. Son las comunidades organizadas y sus líderes locales, quienes tienen el contacto diario con cada familia y conocen las necesidades en sus sectores.

T/ Romer Viera Rivas
F/ Cortesía CLAP
Caracas

Dos años flanqueando el escudo contra la guerra económica

Gran Misión Abastecimiento Soberano coordina acciones del Estado en distribución y producción agroalimentaria

La Gran Misión Abastecimiento Soberano (GMAS), creada en el año 2016 para fortalecer el aparato productivo y las redes de distribución del país, ha permitido coordinar las acciones del Gobierno Bolivariano en materia de suministro y producción de alimentos para hacer frente a la guerra económica.

Con esta iniciativa del presidente Nicolás Maduro se dio un paso más en el fortalecimiento del sistema de distribución de alimentos, mediante la fusión de la Misión Alimentación y la Gran Misión Agrovenezuela en un ente coordinador de ambas, con la finalidad de elevar la efectividad de la acción del Estado, junto con los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).

Además, la GMAS se convirtió en un espacio para el debate constituyente de manera de impulsar la economía pospetrolera, tal como se estableció en las reuniones que semanalmente se llevan a cabo con todos los entes involucrados bajo la tutoría del ministro del Poder Popular para Defensa, Vladimir Padrino López.

GMAS mantiene una inspección permanente de 693 plantas productivas, tanto públicas como privadas, que son estratégicas para el suministro de alimentos, productos farmacéuticos y de higiene y cuidado personal.

“Cada hora que pasa una unidad cívico-militar toca la puerta de una planta para hacer un diagnóstico y efectuar una inspección y fiscalización. Son seis días de operaciones para reimpulsar el aparato productivo”, manifestó en una de sus intervenciones el ministro Padrino López para resaltar la importancia de esa misión.

Acaparamiento y especulación

La Gran Misión Abastecimiento Soberano también es la respuesta para hacer frente a la especulación de los productos de la cesta básica de manera de alcanzar el equilibrio en los precios de los rubros regulados.

Esto es fundamental para que los insumos y productos no se vayan en el contrabando de extracción o el bachaquerismo. “Vamos a vencer esta guerra económica, eso sí, con dignidad. Venezuela no es un país intervenido y menos de mendigos”, aseveró el ministro en una de las reuniones del GMAS.

Con la supervisión e inspección de las más de 693 empresas que están asociadas al abastecimiento soberano, la gran misión ha dado un paso importante para tener una cédula única, consideró en una de sus intervenciones el vicepresidente de Planificación, Ricardo Menéndez.

“Así como para lo social se dispone del Carnet de la Patria, este instrumento para las empresas permitirá tener un visión integral del aparato industrial y fabril del país”, comparó el también ministro del Poder Popular para Planificación.

La GMAS ha logrado levantar el ciento por ciento de todas las unidades productivas con el apoyo de todas las instituciones del Estado. La cédula tiene que ver con la simplificación de datos, de manera de ahorrar pasos en la conformación de ese tejido industrial.

“Vamos dar un salto en la nueva arquitectura del espacio productivo, para superar el rentismo e ir a una economía pospetrolera, para construir un nuevo modelo económico productivo, resumió Menéndez.

Siete vértices

La Gran Misión Abastecimiento Soberano mantiene también una evaluación de la gestión operativa del sector agroindustrial y de importación de bienes e insumos, tanto con las instituciones y ministerios involucrados como con los comandantes de las Regiones y Zonas de Defensa Integral y con los coordinadores de los siete vértices de este programa social, informó el ministro del Poder Popular para la Defensa.

Los siete vértices comprenden Producción Sostenible; Nuevo Sistema de Logística y Distribución; Comercialización Socialista; Sistema de Costo, Rendimientos y Precios; Consolidación Organizativa Productiva; Plan de Seguridad y Defensa Integral e Investigación y Desarrollo para la sustitución de importaciones.

Las empresas básicas, junto con los motores, farmacéuticos, pesquero e Industrial, forman parte de los focos de esta gran misión para hacer frente como si se tratada de un escudo contra la guerra económica.

T/Manuel López
Caracas

Acertada estrategia para neutralizar la guerra económica perciben beneficiarios

Como un excelente programa y una extraordinaria estrategia del presidente Maduro para enfrentar la guerra económica califican los beneficiarios a los CLAP, según lo refleja una encuesta realizada por el equipo del Correo del Orinoco en la plaza Parque Carabobo de Caracas, ubicada en la parroquia Candelaria.

La mayoría de los entrevistados percibe a los CLAP como un mecanismo muy bueno, porque le ha permitido a la población tener acceso a los alimentos básicos que producto de la guerra económica tienen precios especulativos.

A juicio de los consultados este programa se puede mejorar con más organización y efectiva logística para la entrega y más contraloría para evitar que las cajas sean violadas. Las personas se quejan porque les resulta muy incómodo el método para hacer el pago de la caja, ya que en algunos sitios exigen solo efectivo, mientras que en otros lugares aceptan únicamente transferencias, y en ambos les acarrea problemas, porque por lo regular piden el pago de inmediato.

Según otra óptica sobre los CLAP, para muchos beneficiarios es muy desagradable la entrega de estos productos, ya que al perecer en muchos edificios para descargar rápido el camión lanzan las cajas sin cuidado alguno y muchas cajas se rompen.

Los consultados coinciden en que los productos de los CLAP son de muy buena calidad, sin embargo expresaron que no les gusta mucho el sabor de la leche y que deberían agregar mantequilla, huevos, carne, pollo y productos de higiene y limpieza.

T/ Elízabeth Pérez Madriz
F/ Héctor Rattia
Caracas