Los Peces del Acuario escupirán verdades en el escenario del Alberto de Paz y Mateos

La obra con un discurso coral, original de José Gabriel Núñez, marcó un antes y un después en la dramaturgia venezolana, desde su estreno en 1967. En esta oportunidad la dirección general está a cargo de Costa Palamides. El montaje de Teatrela cuenta con el apoyo de la CNT y la Unearte

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Desde el 17 y hasta al 27 de agosto se completará una primera temporada de ocho funciones, programadas en el teatro Alberto de Paz y Mateos, en Caracas, de un nuevo montaje de Los Peces del Acuario, obra capital de la dramaturgia venezolana, original de José Gabriel Núñez, en esta oportunidad bajo la dirección de Costa Palamides. Las presentaciones serán de jueves a domingo a las 5 de la tarde.

Esta propuesta ofrece al público caraqueño, y a los visitantes por estos días de la capital venezolana, la oportunidad de apreciar una obra considerada como parteaguas del teatro venezolano, la pieza que, desde su estreno en 1967, marcó un antes y un después en las artes escénicas del siglo XX en nuestro país y, al mismo tiempo, determinó la irrupción del consagrado maestro, José Gabriel Núñez, en la dramaturgia, como dice el lugar común en estos casos, por la puerta principal.

Un hito escénico

En una reflexión sobre este texto iniciático de Núñez, el director Costa Palamides escribió que Los Peces del Acuario inauguró “un movimiento cáustico en el teatro venezolano que con pleno conocimiento visceral de las vanguardias universales irrumpe en los sesenta y se consolida en los setenta con la creación de obras fundamentales y extraordinarios grupos escénicos que alcanzan notoriedad en Latinoamérica y el mundo”.

En consideración de Palamides, y en sintonía con especialistas reconocidos y destacados investigadores sobre el tema, con Los Peces del Acuario el dramaturgo carupanero estableció su impronta en una época de nuestro teatro “con una pieza dúctil, sui-géneris, de-constructora y a la vez de concreto armado, de canto rodado”.

Los Peces del Acuario, continúa el director, no sólo señaló un antes y un después en la historia de las tablas, sino además “de las tejas y de los novísimos grupos experimentales y nacionales. Esta obra fija un tope altísimo que es un faro en el paso de un siglo al otro y lo hace con susurros cortos al oído, con jadeos y muecas impertinentes, con humor rompedor y quisquilloso, con eso que ahora llaman universos paralelos, con quíntuples teatralidades, con una apertura revolucionaria jamás vista en el terrible año de su nacimiento (1967), con luz de canciones, agua de soledades, vientos tempestuosos y fuegos de un cráter profundo. Ese destello guía nuestro montaje que escala y desmorona el tiempo, que alimenta y destruye nuestro acuario, que cuestiona todo y a todos, ue pixela nuestra angustia existencial y la vuelve esencial más allá de pasajeras redes sociales que agotan descarada y descarnadamente los vínculos primordiales que unen el individuo con la sociedad: la paz y el amor.

Con agua fresca

La iniciativa de remontar esta pieza que se ha subido a las tablas en múltiples ocasiones, dentro y fuera de Venezuela a lo largo de unos 56 años, surge de una idea que venía rodando en la cabeza de Costa Palamides desde hace varios años, después de llevarla a escena para la creación de un estudio dramático que buscaba consolidar una agrupación fija de la Escuela Superior de Artes Escénicas Juana Sujo.

También lo estimuló este montaje la insistencia de la actriz Marx Cipriani, y del actor Alfredo Timaure, quienes participaron en aquella ocasión con la Juana Sujo y se suman ahora a Teatrela (Teatro de Repertorio Latinoamericano)

Además, “consideraba que la obra de José Gabriel Núñez era la que faltaba en el repertorio de Teatrela” , agrupación que Palamides está reactivando luego de tres años y medio y con con una amplia trayectoria configurada con la puesta en escena de unas 50 obras de autores destacados de nuestra región, desde Sor Juana Inés de la Cruz hasta el ecuatoriano Arístides Vargas, pasando por Sabina Berman de México, Florencio Sánchez  de Uruguay, el chileno Marco Antonio de la Parra y muchos más, entre los que se cuentan los venezolanos Nicanor Bolet Peraza, Rafael Guinand, Gilberto Pinto, José Antonio Barrios y Elio Palencia.

Mucho que decir

Para esta propuesta de la obra de formato coral, sin ninguna figura que descarte mucho más que los demás, el propio autor la revisó y actualizó, para incluir situaciones, no solo de los tiempos que corren, sino además otras situaciones sociales que surgieron en los años posteriores a su estreno.

De esta manera, según adelantó el director al Correo del Orinoco, esta propuesta de Los Peces del Acuario viaja del pasado al presente y se devuelve, en una estructura circular dentro de la cual se abordan una amplitud de temas sociales ¿irresolubles? como el racismo, el clasismo, el machismo, la homofobia, la guerra, las diferencias generacionales, las causas y revoluciones perdidas, entre otros. Todo dentro de una estética narrativa apegada a la semántica artística y alejada del discurso panfletario, por medio de peces (y una langosta) que están en proceso de montaje de una obra teatral.

Precisamente, en cuanto a su estética  Los Peces del Acuario condensa “de una manera espectacular todas las ideas de la vanguardia teatral que venían de todas partes: el distanciamiento brechtiano, el happening, el teatro de protesta, el teatro dentro del teatro” todo en función de plantear la reflexión sobre el entorno sociopolítico del momento.

A decir de Costa Palamides, lo que tiene que decir hoy Los Peces del Acuario es exactamente lo mismo que quiso decir cuando se estrenó y dejó impresionados y en silencio a figuras como César Rengifo, Horacio Peterson, Humberto Orsini, Romeo Costea y Anna Julia Rojas, integrantes de la Federación Venezolana de Teatro de entonces, equipo que luego de ver un ensayo, la seleccionaron para cerrar un recién terminado Festival Nacional de Teatro, con una función el día de la premiación, según contó el propio autor en una entrevista con el economista, actor, locutor, director teatral y dramaturgo José Antonio Barrios.

“Los Peces del Acuario es como una metáfora de la soledad y la incomunicación del hombre contemporáneo. Por más que luchemos por ser un colectivo, siempre hay discriminación, soledad, aislamiento” una situación que además profundizó la pandemia, agregó Costa Palamides.

Si bien se cambió el agua de la pecera para abordar temas actuales, este montaje deja de lado a versiones anteriores en los que se agregaron peces en la historia. Aquí están solo los cinco peces del texto original: La Langosta, interpretada por Marx Cipriani , el Pez Dorado papel a cargo de Jeizer Ruíz, el Pez Espada rol que corresponde a  Alfredo Timaure, el pez Luna en el cuerpo de Varinia Arraiz y el Pez Beta, al que le da vida Barbara Acevedo.

En este montaje, según adelantó Palamides, la pecera cobrará forma con la aplicación del video mapping.

En el equipo técnico está Melvict Torres en la asistencia de dirección, José Flores en la asistencia de dirección, Taimir Rivas Pinto, en la dirección artística, Gerónimo Reyes en la iluminación y Kike Acuña en la fotografía y el diseño gráfico. Todo bajo la dirección general de Costa Palamides y la producción de Teatrela, con el auspicio de la CNT (Compañía Nacional de Teatro) y la Unearte (Universidad Nacional Experimental de las Artes).

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Cortesía Teatrela – Kike Acuña