El maestro juguetero Mario Calderón, Premio Nacional de Cultura en la mención respectiva, fue el encargado de hacer las piezas a gran escala para una suerte de parque temático dedicado al Ruiseñor de Catuche
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A casi un año de su apertura, la Casona Cultural Aquiles Nazoa ha sido espacio para el encuentro constante con la obra del escritor y periodista caraqueño al que se le rinde homenaje permanente con el nombre que se le puso a este espacio. Pero ahora, sumergirse en su universo literario tendrá nuevos aliados: sus personajes convertidos en juguetes, gracias al ingenio del maestro Mario Calderón, Premio Nacional de Cultura.
Ayer, en el contexto de la Feria Internacional del Libro de Venezuela (Filven), Mario Calderón le entregó al ministro DE Cultura, Ernesto Villegas, los prototipos de los juguetes a gran escala que se fabricarán para el parque temático que se prevé instalar en el recinto cultural, ubicado al final de la avenida principal de La Carlota, en el municipio Sucre del estado Miranda.
Para la elaboración de estos prototipos, Calderón se inspiró en elementos y personajes de obras de Nazoa, como el Tándem del Amor, en el que Aquiles pasea con una mujer, el caballito que se alimentaba de flores y Aquiles y María, una representación del escritor con su esposa el día de su boda en un parque.
A estas figuras se suma una pieza especial: un caballito de madera que el maestro juguetero fabricó junto a la pintora Haidé Pino en 1996, inspirado precisamente en la historia de El caballo que era bien bonito.
“Cuando tuve el conocimiento de que esta casa llevaría el nombre de Aquiles, fue una vuelta a la infancia”, dijo Calderón, quien tomó la decisión de trasladar la pieza desde el Museo del Juguete, en el estado Mérida, a Caracas, para que habite un nuevo hogar. “Sin duda, estoy seguro que él (Aquiles) querría que estuviera aquí”, especuló el juguetero.
Calderón tuvo un vínculo especial con Nazoa, homenajeado en esta edición de la Filven, a quien conoció en el liceo Pablo Acosta Ortiz, en Artigas, Caracas, donde el escritor iba a dar charlas a los estudiantes los días viernes.
El maestro juguetero tiene 35 años de experiencia, que atesora luego de haberse paseado primero por la música y la medicina. Su pasión fue descubierta de la mano de la pareja que tenía hace casi cuatro décadas, quien falleció. Esa circunstancia le hizo tomar el camino que aún transita hoy.
Calderón diseña para los pequeños de edad, así como para el niño interior que todos tenemos. “Tuve una infancia muy hermosa, fui muy querido, era el hijo menor de la familia”, y aunque no había muchos juguetes, “sí tenía muchos amigos”, contó.
El maestro, cuyo trabajo se caracteriza por la movilidad y el colorido, se imaginó el parque temático en el que estarán sus juguetes “como las locuras de Aquiles”.