Los tigres de Earle, El Furrial, Hugo Chávez y otra anécdota (Opinión)

I

«Con el petróleo a cero, este país no cae ni esta Revolución se detiene», dijo el comandante Hugo Chávez en enero de 2010. Como esa “amenaza” ha estado paseándose constante y paralelamente a otras matrices de la contrarrevolución, con la ayuda de la industria mediática y los medios de comunicación comerciales del país, que siempre privilegian los intereses imperiales y también acechan con otras campañas de terror psicológico a Venezuela, Diosdado Cabello nos lo recordó el pasado miércoles 13 coreando la consigna “donde ronca tigre, no hay burro con reumatismo”. Durante ese Mazazo, Aristóbulo Istúriz inauguró su precampaña a la Gobernación del estado Anzoátegui en El Tigre. Un gran tigre de Bengala lucía su deslumbrante juventud en una limpia pancarta al fondo del escenario.

II

«Hay una serie de condiciones para asimilar el camino hacia el socialismo… hay que transformar el sistema económico productivo del país, lo que hemos hecho hasta ahora es muy poco», alertó Chávez desde Anzoátegui en su última e invicta campaña hacia la Presidencia, trasmitido durante el programa mas evocador del comandante Chávez, ese espacio televisivo de Diosdado que vela y mantiene a viva voz el ideario del Padre de la Revolución Bolivariana.

III

«Soy capaz de morir incluso, una y 100 veces; esa es la diferencia entre ellos y sus candidatos burgueses que tratan de ocultar su origen; yo no, yo soy un campesino nacido a la orilla de un río en un rancho de paja, y me hice soldado…ya sé que nunca me iré porque me quedaré para siempre en estas tierras, en las calles de los pueblos de Venezuela…»

El Mazo transcurrió en compañía del Chávez discursivo, siempre pugnaz, abrigado con el fragor de sus palabras, contagiado de su fuerza, del calor fraterno impreso en su discurso de combate, enteramente lúcido y con sus palabras traduciendo los tiempos políticos, como se trasluce en el Libro Azul y en el Plan de la Patria.

IV

En algún momento Earle Herrera, quien desde la Constituyente, y en momentos precisos, resume en ráfagas de lúcidas palabras el instante político, recordó una anécdota de esas que nos hacen evocar a William Faulkner porque estallan, se esparcen, e inmediatamente reconstruyen lo que no es mas que un simple recuerdo guardado en la irreverente memoria de un escritor que hurga el contexto y sus circunstancias. Palabras mas, palabras menos Earle narró que cuando Diosdado presidía la Asamblea Nacional (AN), se realizó una sesión en ocasión de conmemorar los 200 años de la Batalla de Urica. Cuando el autobús pasaba por El Furrial, las parlamentarias y los parlamentarios comentaron que el pueblo tampoco era gran cosota, que no era una maravilla, que por qué lo nombraban tanto, que hacía un calorón, que no había nada que ver en ese pueblito; entonces Earle se sintió obligado a intervenir y dijo: “… controlen la lengua, porque este pueblito puede llegar a tener la misma importancia histórica que Sabaneta”.

V

Este episodio (con alusión a El Tigre, pueblo donde nació Earle y se realizó el programa Con El Mazo Dando) me hizo recordar una conversación telefónica con el comandante Chávez a propósito de otro Tigre, el excopeyano Eduardo Fernández, quien, copa en mano con la triade golpista de 2002 (CEV, CTV y Fedecámaras), reía de plácemes en los pasillos de Miraflores por la caída de Chávez. Le pregunté entonces a Hugo: “¿Entonces tú crees que este cara.. Fernández es un hombre culto y sensato”? Recordemos que Chávez en varias ocasiones dijo: “…ojalá la oposición venezolana contara con un hombre culto, inteligente, como Eduardo Fernández para discutir y darle altura al diálogo y al ejercicio político”.

-“Tu cuando dices eso del Tigre nos estás vacilando, verdad?”, le dije. El se rio con estruendo y con ánimo de juerga. Fue entonces cuando le recordé aquel postulado de José Ignacio Cabrujas sobre Fernández que tanto hizo reír al país entero: “… Ese Tigre era el político mas fracasado de la historia republicana, tanto, que si hablara de las propiedades curativas del limón amarillo nadie se lo iba a creer”. Chávez me dijo atragantado con su propia risa: “…Ya, Federico, deja la vai.., tú sabes muy bien lo que yo quiero decir”.

VI

Yo he estado de paso por El Furrial y la verdad es que hace mas calor que en Sabaneta. Al pueblo de Chávez le llegan los efluvios de unos ríos llaneros con olor a vaca y a mastranto. En El Furrial, cerca de la casa de la abuela de Diosdado, comí unas empanadas de pescado, tomé café y me dejé llevar por unos parroquianos apacibles a una tertulia sobre los campos petroleros y el origen campesino de Hugo Chávez. Un señor me dijo: “Aquí a nadie se le cae el cabello”.

T/ Federico Ruiz Tirado
fruiztirado@gmail.com
Barinas / Edo. Barinas