Luces de diciembre alumbran a Yaracuy

El ambiente navideño ya tomó la ciudad de San Felipe

Con el encendido de las luces y la colocación de la ambientación navideña en la ciudad de San Felipe, los aires de diciembre comenzaron a soplar en toda la entidad con la esperanza de que se conjuren los dolores de la Covid-19 y la amargura de un año particularmente complicado. En Nirgua recuerdan las alegrías de las Navidades pasadas con sus parrandas, nacimientos, misas de gallos, arepitas dulces y las hallacas de Rita Elena

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El pasado 6 de diciembre se encendieron las luces del decorado navideño en la ciudad de San Felipe. El acto coincidió con el arranque formal de la campaña en la que candidatos y candidatas, en este caso del Gran Polo Patriótico, procuran conquistar en los próximos comicios del 6 de diciembre el voto popular que los acredite como diputados a la Asamblea Nacional. En ambas actividades predominó el entusiasmo y la alegría, a pesar del aguacero que cayó, según testimonia Arquímedes Montoya, un nirgüeño que asistió al acto de San Felipe y que en Nirgua es uno de los activadores, propulsores y animadores del movimiento cultural y de las tradiciones locales, ya sea frente a un micrófono en Nirgüeña 88.3, una emisora radial comunitaria con apreciable audiencia o como miembro y aliado de grupos locales que promueven la cultura.

En Nirgua, Arquímedes Montoya lleva al Correo del Orinoco por la ambientación navideña de este pueblo, que se inicia con el nacimiento montado en la llamada redoma de entrada. Por allí está una estatua gigante de la santa patrona, que preside la boca de acceso al pueblo. En los alrededores, entre las cotidianidades de un día cualquiera, en un banquito, un hombre vierte en una hojita una estrofa de despecho: “Paso todo el día sentado / pensando en ti; / la herida sangra / desde que te fuiste”.

Montoya señala que la belleza del juego de luces del ambiente navideño nirgüeño por los lados de la redoma de entrada es apreciable en horas nocturnas. Luego se dirige a la Calle de la Navidad, y posteriormente a la casa de la señora Leydys Araujo, en cuyo hogar se monta uno de los nacimientos más hermosos y más grandes de Nirgua, cuestión que Leydys, sostiene sin titubeos. Leydys es hija de doña Rita Elena.

Doña Rita en cuestiones de hallacas llenó toda una época en Nirgua. También fueron muy apreciadas sus arepitas dulces y el sabroso guarapo, que se vendían al salir de las misas de aguinaldos.

Leydys se refiere a su madre con palabras de elogio. La evoca con nostalgia y ternura. La describe como “la madre más hermosa que pueda haber”. En la pared de la sala cuelga un retrato de doña Rita, de quien heredó la colección de objetos del pasado que han hecho de su casa un museo de antigüedades.

La Calle de la Navidad, cuenta Yolaiza García, se ha convertido en una tradición que en 2020 arriba a 20 años. Por esta época los vecinos de la calle 8, entre las cuadras 1y 2 y 2 y 3, se dedican a decorar y ambientar el sector con motivos navideños, tanto la calle como los frentes de las casas. El espacio es uno de los atractivos que en diciembre convoca tanto a los propios habitantes como a quienes visitan a Nirgua en las Navidades.

En esta calle también está la sede operativa de Nirgüeña 88.3 FM, cuya programación hasta el fin de año se torna navideña con aguinaldos y parrandas, según afirma Jorge Carrasco, director de esta emisora comunitaria.

Esfuerzo colectivo

Yolaiza García, su hermana morocha Yelitza García, y Magaly Viscaya están entre quienes mantienen encendido el entusiasmo para que la Calle de la Navidad siga iluminando y alegrando los días de diciembre. Este año en particular los mueve un estímulo especial, como conjuro para sobreponerse a la pandemia de la Covid-19 y a la difícil situación económica por la que atravesamos los venezolanos. En la actualidad batallan contra 2020, en el que una cajita de luces, las telas, los bombillos, la cabilla con la que se fabrican los decorados metálicos, han alcanzado precios astronómicos, según constataron en estos días, impulsados por la onda alcista especulativa del dólar.

Desde hace dos años para acá la alcaldía de Nirgua, por medio del alcalde Miguel César, les ha hecho un donativo con el cual han podido paliar los estragos de la inflación. Con ellos también ha colaborado el candidato a diputado Juan Díaz. Además, han contado con el patrocinio de algunos comercios de Nirgua, así como de particulares. Los nombres de los promotores son escritos en una pared de la avenida en señal de agradecimiento.

Cuenta Yolaiza García que la iniciativa de decorar la calle se inició hace 20 años por la cuadra del señor Víctor Emilio, que está en la avenida 8, entre las calles 1 y 2. Un año después se sumaron los de la cuadra entre la 2 y la 3. Entre los pioneros menciona a la señora Moraima Mata, Olivia Jiménez, Aurora de Garzó. En la cuadra entre la 2 y la 3, los fundadores son la familia Viscaya, la familia Rojas Escobar, los Mena y la familia Oliveros.

Quince años atrás, refiere Yolaiza, una de la calles que se cruza con la avenida ocho decoró sus espacios y se formó una especie de equis, pero la pecaría situación económica de los años siguientes acabó con la iniciativa.

Yolaiza, Yelitza y Magaly elogian el espíritu de unión, armonía y colaboración vecinal. Unos aportan para las telas, el silicón, las luces, otros lo hacen con los adornos, las estructuras metálicas, el cableado, los bombillos.

“Aparte de la participación de todos los vecinos, pedíamos casa por casa, hacíamos rifas, vendimias, nos fuimos una vez para el campo de softball para vender y recoger dinero. Cada vecino adornaba su frente. Unos han desmayado, otros siguen. Pero todavía estamos en pie. Para este año la alcaldía nos hizo un donativo ya que con esta situación no podíamos con los gastos. En estos días fuimos a preguntar por una caja de luces y costaba 4,5 millones. Nos colocamos una meta: en noviembre arreglamos y montamos, el 1 de diciembre inauguramos”, dice Yolaiza.

Los actos de inauguración de la Calle de la Navidad serán transmitidos en vivo, hasta las doce de la noche, por la emisora Nirgüeña 88.3 FM, señala Jorge Carrasco. La programación navideña de esta emisora comunitaria se extenderá hasta enero.

Las parrandas incluyen en su programa de recorridos una presentación en la Calle de la Navidad, explica Arquímedes Montoya. Entre los grupos musicales nirgüeños Montoya menciona a la Unión de Nirgua, Unión las Piedritas, Venezuela 2, Dinastía Caro, Unión Parrandera, La Nueva Inmensa, entre otras.

Rita Elena y la Navidad

Leydys Araujo describe a su madre Rita Elena como una mujer morena, de pelo encrespado, ojos tristes, bajita, con un corazón muy alegre. Bullera. Tenía un restaurante llamado la Dalia Azul, que todo el tiempo estaba lleno de gente. Quien no cargaba dinero, igual almorzaba; luego pagaba.

“Fue la madre más querida y hermosa que pueda haber. Además de eso, fue una mujer trabajadora. Nos inculcó muchos valores. Nos enseñó a respetar, a ser honestos, cuidar, compartir, ser buen vecino, considerar a los mayores, ayudar al necesitado. Fue una mujer muy famosa en este pueblo. Durante las fiestas patronales de Nirgua hacía un rancho, un tarantín. Allí iba todo el mundo a comer. Le cocinaba al prefecto, al policía, que eran gente muy importante en ese tiempo. Cuando llegaban invitados de afuera los llevaban al rancho de mi mamá y ella les hacía una sopa riquísima. Las empanadas eran las mejores de aquí, las hallacas, las arepitas dulces, el café aguarapado que buscaba todo el mundo”, dice Leydys Araujo.

A doña Rita le encantaban las antigüedades a pesar de que en ese tiempo no había mucho que coleccionar. Les decía a las hijas que no botaran las cosas, que esas servían de adorno. Así la casa se fue llenando de aparatos, budares, de machetes viejos, planchas, molinos, piedras de moler, cueros de distintos animales, sillas de caballos, aperos, frenos, guruperas, espuelas, llaves viejas, radios y tocadiscos antiguos. Al morir doña Rita, Leydys heredó aquella colección de objetos con los cuales montó en su hogar una especie de museo al que puso por nombre Antigüedades Rita Elena.

En diciembre los objetos se recogen y se apartan, y dan paso al nacimiento.

“Tengo piezas variadas, antiguas, y las que me ha traído la gente”, indica Leydys. “Las figuras de José, María, la mula y el buey, los reyes magos, son piezas grandes, muy bonitas que pocos tienen en el pueblo. Este es el nacimiento más grande que hay en Nirgua. Lo monto todos los años. Me hace feliz porque recuerdo mucho a mi mamá, quien me lo dejó y yo lo fui ampliando. En las noches me siento frente al nacimiento y me imagino cómo era el ambiente cuando Jesús nació”.

Comenta Leydys que muchas de las piezas las compraba en Comercial Petrola, un negocio que pertenecía a Blas Petrola, llamado el Chingo Blas.

“El Chingo Blas nos hizo muy felices a las familias nirgueñas. Vendía todos los detalles que el pueblo necesitaba. Si llegaba una persona preguntando por una campanita, le decía, ahorita no tengo, pero venga la semana que viene. No sé dónde la conseguía. Complacía al pueblo con sus detalles. Quedaba cerca de la farmacia San José, por la cuarta avenida. No había familia en Nirgua que no conociera ese negocio. Eran dos tiendas muy populares: el del señor Blas Petrola y el de Juan el Loco, quien también era una persona muy querida”.

-¿Y las hallacas de doña Rita?

-Ella las hacía con mucho amor. Toda la gente rica le encargaba a mi mamá que le hiciera 50, 100, 200 hallacas. Nosotros no dormíamos cuando preparábamos las hallacas. Ibamos a moler el maíz a un lugar donde molía todo el pueblo, quedaba por el Banco Provincial hacia arriba. Eran muchas hallacas, 500, 600 hallacas en un día. Como éramos varias hermanas, una picaba los aliños, otra lavaba las hojas, nos repartíamos el trabajo. Nosotras nos criamos sin papá, mi mamá cumplía los dos roles, mamá y papa al mismo tiempo; la apoyábamos en todo. En este asunto de hallacas no había quien compitiera con mi mamá. Ella iba para la carnicería de Blas Oliveros y para el negocio del señor Antonio, el del Japón, y les pedía los ingredientes. A los días les cancelaba. En diciembre yo creo que hacía más de dos mil hallacas. En diciembre éramos ricos .Veíamos cómo entraba la plata.

-¿Cómo era la Navidad en Nirgua?

-Eran bellas. Nirgua amanecía cubierta de neblina. Cuando llegaban las misas de aguinaldo, a partir del 15 de diciembre, las muchachas de la cuadra sacábamos permiso y salíamos a las tres de la mañana. En la plaza esperábamos a que comenzara la misa. Después salíamos a dar vueltas. Paseamos por la plaza, nos veníamos por la avenida, llegábamos hasta Las Tunitas. Caminar, comer, jugar, echar chiste. Las arepitas dulces costaban una locha y una locha el café. No teníamos patines, veíamos patinar a los ricos. El ambiente era muy bonito. Ese radio picó que usted ve ahí, lo prendíamos como el 1 de diciembre y lo apagábamos el 7 de enero. Todos los días bailando. Lo sacábamos y lo poníamos en toda la puerta. Nos poníamos a bailar hasta las once de la noche.

-¿Y las parrandas?

-Mi mamá nos decía: cuando pase un parrandero, métanlo para acá. Yo me paraba en la puerta. Ya teníamos los nombres de todos para que nos cantarán. Le cantaban al Niño Jesús, a María y después que le cantaban al nacimiento, yo les sacaba el papelito para que nos nombraran y nos dedicaran los versos a cada uno. A mamá le gustaba que la nombraran Rita Elena. Combinaban los versos con la ropa, el peinado, el lacito. Era lindo. Después salía uno con el detalle, un dulcito y a echarle el bolivita al cuatro.

TyF/ Manuel Abrizo
San Felipe