Por Pablo Fernández B|El macrismo y su “cambiamos futuro por pasado” (Opinión)

Las elecciones presidenciales del domingo pasado en Argentina lamentablemente rompieron los “vaticinios” de las principales encuestadoras de aquel país. La significativa diferencia obtenida en las elecciones primarias por el candidato del peronista y gobernante Frente para la Victoria (FpV) no se reflejó en igual medida en esta contienda electoral, abriendo un peligroso escenario de cambios regresivos en la vida política, económica y social de la nación sudamericana ante un hipotético triunfo del candidato de ultraderecha, Mauricio Macri, en la segunda vuelta prevista para el próximo 22 de noviembre.

Una de las referentes del macrismo, su candidata a gobernadora por la provincia de Buenos Aires, desenmascaró eufórica en su discurso triunfalista la verdadera intención de esta fuerza política que recoge lo más reaccionario de la sociedad argentina: “Cambiemos futuro por pasado”, dijo sin reparos. Y hay que reconocerle el gesto de “honestidad” discursiva. Porque en realidad toda la oferta política del macrismo y de los sectores que lo apoyan (léase la rancia y apátrida oligarquía industrial-ganadera-financiera argentina) deriva en un retorno a los años 90, cuando el desmadre de las políticas neoliberales dejaron prácticamente hipotecada y en la ruina a una nación completa.

Solo quienes vivieron esos años pueden hacer conciencia de los efectos devastadores que tuvieron las políticas de ajuste neoliberal que Macri intenta resucitar: la salud y educación públicas desmanteladas, las privatizaciones y el vaciamiento de las mayores y mejores empresas estatales, el arancelamiento universitario, la destrucción de la seguridad social (léase el quiebre del PAMI y las corruptas AFJP), la impunidad aprobada a los crímenes de lesa humanidad de la dictadura militar, la represión a las manifestaciones populares, los saqueos, el “corralito” financiero, las presiones mafiosas del FMI, la migración de miles de jóvenes o científicos fuera del país buscando trabajo digno, los recortes de sueldos, el cierre masivo de fábricas, las obscenas bacanales mediáticamente difundidas de los gobernantes de turno, los muertos de diciembre de 2001 y las Madres pisoteadas por los caballos de la policía montada, la ingobernabilidad…

El pueblo argentino tiene la tarea de decidir en los próximos días y optar entre la continuidad de un modelo que ha evidenciado inclusión social a lo largo de 12 años o el retorno garantizado a uno de los peores tiempos de su historia.

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