“El pueblo de Ecuador ha dicho no, ya basta de paquetes económicos y en Ecuador se está dando la primera insurrección popular contra el Fondo Monetario Internacional (FMI) de esta nueva etapa”, dijo el jueves Maduro, durante un acto de Gobierno transmitido por el canal estatal VTV.
Al recordar las revueltas populares registradas en caracas en 1989, conocidas como “El Caracazo”, que fueron duramente reprimidas por el Gobierno del entonces Carlos Andrés Pérez, el mandatario venezolano culpó al FMI por la actual crisis política y social que se enfrenta el pueblo ecuatoriano al querer imponerles “paquetes económicos”.
Dicho esto, ha agregado que con las políticas económicas que el organismo proyecta para los países latinoamericanos y caribeños le convierten en “el principal instrumento del demonio en el mundo”.
Ecuador vive desde hace más de una semana una ola de disturbios y protestas contra las medidas económicas anunciadas el 1 de octubre por el presidente Lenín Moreno, quien informó que pensaba eliminar el subsidio a los combustibles, reducir el impuesto de salida de divisas para materias primas, suspender los aranceles para maquinaria y aprobar una serie de reformas laborales para incrementar los ingresos del Estado y, con ello, satisfacer las demandas del FMI.
Estas medidas más polémicas del denominado “paquetazo” desataron una fuerte protesta de transportistas y también indígenas, secundada luego por otros sectores sociales. Moreno, a su vez, decretó el Estado de excepción en todo el país con el fin de que pueda contener las manifestaciones.
Asimismo, el jefe de Estado venezolano, rechazó nuevamente el nexo de su Gobierno con las protestas que se registran en Ecuador y aseveró que él está “tranquilo trabajando por Venezuela” y “resistiendo al imperialismo”.
Maduro subrayó también que quienes le acusan de estar detrás de dichas movilizaciones, “ven un fantasma” porque lo que destruye a los pueblos “no es Maduro”, sino “el capitalismo salvaje”.
En una reunión celebrada el pasado miércoles, varios países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, Paraguay y Perú) respaldaron todas las acciones del Moreno “para recuperar la paz, la institucionalidad y el orden, utilizando los instrumentos que le otorgan la Constitución y la ley” y así manifestaron su apoyo al Gobierno ecuatoriano.
Los países mencionados responsabilizan al Gobierno de Venezuela de intentar «desestabilizar» las democracias de la región y de tratar de “extender los lineamientos de su nefasta obra de gobierno”, hecho que fue rechazado firmemente con el Ejecutivo venezolano.
Moreno ganó las elecciones presidenciales con la promesa de mantener la política de bienestar social de su predecesor y correligionario en el movimiento Alianza País (AP), Rafael Correa, pero, tras asumir el cargo en 2017, se distanció del líder izquierdista y empezó a adoptar medidas económicas neoliberales, hecho que producido la caída de su popularidad.