Las malas previsiones afianzan el miedo a una nueva crisis mundial

FMI, Banco Mundial, OCDE, entre otras, han hecho públicas sus preocupaciones por el rumbo de la economía mundial, con análisis que han dejado un reguero de advertencias. ¿Vienen curvas o una nueva crisis mundial?

La guerra comercial, la caída del comercio global, unos mercados sobrevalorados, un panorama de cambio de tipos de interés o el avance los populismos son algunos de los peligros que debe sortear el sistema. Una tormenta perfecta con frentes políticos, económicos y monetarios.

¿Estamos preparados?

La situación, con todo, no es catastrófica. Pero hay que ser realista: se ha pasado del optimismo de hace un año a un pesimismo generalizado. “La economía es fuerte, el crecimiento es firme, ¿pero es la economía lo suficientemente fuerte? No estoy segura porque el crecimiento se ha estancando y está distribuido de manera desigual”, reflexionó Christine Lagarde, al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI), esta semana.

 

Lo que viene a decir es que desde el estallido de la anterior crisis y la recuperación, el sistema económico no se ha puesto a prueba, por lo que no se sabe si es tan fuerte como para aguantar una nueva crisis. En el caso europeo, la unión bancaria que garantice afrontar mejor el golpe de una recesión sigue en tarea pendiente. Las “nuevas estructuras financieras que se han erigido desde la ultima crisis no se han puesto a prueba”, advierte un informe de la institución.

La guerra comercial asusta

La gran preocupación, lo que puede poner a prueba todo el sistema, es la guerra comercial. La cruzada de Donald Trump imponiendo aranceles sobre 250.000 millones de dólares a exportaciones chinas tiene a todas las grandes instituciones alarmadas. Tanto el FMI, como la Organización Mundial del Comercio (OMC) o el Banco Mundial han llamado al diálogo y a la regeneración del sistema de intercambios global ante la confrontación.

El presidente estadounidense, Donald Trump
El presidente estadounidense, Donald Trump (Michael Reynolds / EFE)

“Es lógico estar preocupado cuando se enfrentan las dos economías mas grandes del mundo”, advirtió esta semana Maurice Obstfeld, economista jefe del FMI. Para el directivo, la renuncia al multilateralismo dejará un mundo “más pobre y más peligroso”, dijo desde Bali.

El crecimiento y el comercio se enfrían

El temor se refleja en las previsiones. Con cada nuevo informe se revisa a la baja el crecimiento mundial y el de las diferentes regiones. Todo apunta a la guerra comercial y la incertidumbre de sus consecuencias. Asimismo, se apunta que no habrá ganadores a largo plazo. La “tentación del unilateralismo” es “el gran peligro para la economía mundial”, decía Obstfeld.

 

El abasto es global. El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, ha advertido de que “todos los países sufrirán los efectos negativos” dado que ya se estaban constatando aplazamientos de proyectos de inversión, lo que ralentizaría aún más la actividad económica.

El presidente del Banco Mundial,  Jim Yong Kim; Christine Lagarde, al frente del FMI; y el ministro finlandés de finanzas, Petteri Orpo, en un evento esta semana
El presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim; Christine Lagarde, al frente del FMI; y el ministro finlandés de finanzas, Petteri Orpo, en un evento esta semana (Johannes Christo / Reuters)

“Las luces de alerta están encendidas. Una continuación de la escalada de tensiones presentaría una mayor amenaza a la estabilidad, a los empleos y al tipo de crecimiento que estamos viendo hoy”, decía en esa línea, a finales de septiembre, el director general de la OMC, Roberto Azevedo.

Algo antes, a finales de septiembre la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el club de los países desarrollados, sostuvo que el crecimiento global “ha tocado techo”, rompiendo las previsiones más positivas de meses anteriores. “La progresión de las inversiones y de los intercambios finalmente será menos fuerte de lo que habíamos previsto”, lanzaba en un informe. “La recuperación ha tocado techo”, dijo en un tono muy similar Lagarde. El panorama es de economías estancadas o a la baja.

 

 

Crisis en las emergentes

El golpe ya se deja sentir en los países emergentes como Turquía, Argentina -rescate del FMI por medio- o Sudáfrica. Hay dos cuestiones de fondo que argumentan el sufrimiento.

Por un lado, la subida de tipos de la Fed ha impulsado la retirada de los inversores hacia tierras estadounidenses, donde los rendimientos de la deuda se vuelven más atractivos. Datos del FMI cifran en 100.000 millones de dólares los flujos de capital que podrían salir de los emergentes, excluida China. Niveles no vistos desde 2008.

Una mujer en una manifestación contra el rescate del FMI a Argentina
Una mujer en una manifestación contra el rescate del FMI a Argentina (Reuters)

Por otro, la apreciación del dólar deja a los emergentes en una posición aún más difícil, con alzas en la inflación y una caída del consumo por la pérdida de poder adquisitivo, lo que impacta en los flujos comerciales, ya que compran menos al extranjero.

Estos elementos pueden restar miles de millones en transacciones comerciales si la crisis de los emergentes se expande por otros países. A finales de agosto, un informe del G-20 arrojó que el comercio en estas naciones, las mayores del planeta, caía por primera vez en dos años. El menor poder de compra de los consumidores de los países emergentes argumenta la caída.

 

 

 

Mercados inflados

Las turbulencias también se dejan sentir en las bolsas, donde esta semana se han vivido fuertes caídas en las plazas de Estados Unidos, Europa y Asia. Hasta ahora había habido cierta falta de realismo, se apunta desde fuentes del FMI. “En algunas economías avanzadas, algunos inversores se han vuelto demasiado confiados y puede que incluso posiblemente complacientes”, explicaba hace unas semanas uno de sus analistas.

Desde la institución se cree que hay un apetito por el “riesgo fuerte” y una sobrevaloración de los activos bursátiles, hoy “muy por encima de los precios de antes de la crisis (del 2008). Todo ello con unas “peligrosas corriente de fondo” que no se están teniendo en cuenta. La advertencia es clara: existe el peligro de fuertes correcciones bursátiles que se lleven millones y millones de los inversores.

La bomba de deuda

La última de las advertencias es un clásico. La bomba de la deuda que soporta el mundo. Con mayores tasas que en la Gran Recesión, el planeta cuenta con una deuda de 182 billones de dólares entre pública y privado. Y sigue sumando. Ha crecido un 50% desde el estallido de la última crisis.

 

Los vencimientos amenazan tanto al sector privado como al público, pero como se suele hacer, la deuda se paga con más deuda. Emisión tras emisión. El problema, entre tanto, va creciendo.

Una cadena de impagos puede hacer tambalear a la economía global, ya que tanto las entidades con una mayor flexibilidad al dar crédito y las empresas con decisiones más arriesgadas con su endeudamiento, alimentan unos pasivos con más capacidad de impago. En el caso nacional, sin ir más lejos, el Banco de España ha afirmado advertido sobre los riesgos del repunte del crédito al consumo, por ejemplo.

Hoy más olvidada, en su día una de las grandes preocupaciones de los mercados era la deuda china, una de las regiones donde más crece en los últimos años, según un informe del Instituto Internacional de Finanzas (IIF).

 

 

F/lavanguardia.com
F/AP