El presidente electo tunecino, Mohamed Beji Caid Essebsi, tomó posesión este martes de su cargo durante una ceremonia en el Palacio de Cartago.
A sus 88 años Caid Essebsi llevó a su partido Nidaa Tounis (Llamado de Túnez, árabe) a sendas victorias en los comicios legislativos de noviembre pasado, en los cuales obtuvo 86 de los 217 escaños parlamentarios, y en la segunda vuelta de las presidenciales, con casi el 56, un mes después.
La transición tunecina estuvo marcada por el desplome del otrora mayoritario partido islamista An Nahda, segundo en la consulta parlamentaria y ausente de la presidencial, durante la cual, además, se abstuvo de apoyar a alguno de los aspirante.
El longevo mandatario renunció esta semana a la presidencia de Nidaa Tounis, pero quedan pocas dudas que su figura continúa siendo la fuerza rectora de la agrupación.
Por su parte, el derrotado Marzouki expresó días atrás la voluntad de impedir que este pequeño y empobrecido país del Magreb vuelva al autoritarismo impuesto por el expresidente Zine El Abidine Ben Alí, obligado a huir en 2011 por masivas protestas populares.
La presencia en Nidaa Tounis de varios personeros del régimen de Ben Alí provocó temores entre sectores de la población, desestimados por portavoces de esa agrupación.