Participó activamente en la causa patriótica|Manuela Sáenz fue mucho más que la compañera de Bolívar

Visibilizar a un personaje femenino tan importante como Manuela Sáenz, considerada como una importante líder revolucionaria de la independencia de América del Sur, está asociado con la necesidad de rescatar a todas aquellas luchadoras y todos aquellos luchadores que no están dentro del catálogo establecido en la narración y exposición de acontecimientos pasados que son dignos de memoria.

“Es necesario rescatar figuras como la de Manuela Sáenz porque así como ella muchas personas que participaron en las contiendas pre independentistas del continente asumiendo roles importantísimos y a pesar de ello no son son muy nombradas; o, en el peor de los casos, son consideradas como simples amantes”, explica Neruska Rojas, historiadora del Centro Nacional de Historia.

Incluso, añade, “una de los aspectos importantes de Manuela Sáenz es que ella reconoce en sus escritos a todas aquellas mujeres que estuvieron con las tropas, aunque hubiese sido confeccionando los uniformes de los militares”.

SIEMPRE CON LOS GRANDES

Nunca se destacó el rol de las mujeres como consejeras, capaces de opinar y desenvolverse igual que los hombres en las intrigas políticas. Manuela Sáenz hizo mucho por la Independencia. Así lo demuestra la carta de Antonio José de Sucre al Libertador, desde el Frente de Batalla de Ayacucho.

“Se ha destacado particularmente por su valentía; incorporándose desde el primer momento a la división de Húsares y luego a la de Vencedores, organizando y proporcionando avituallamiento de las tropas, atendiendo a los soldados heridos, batiéndose a tiro limpio bajo los fuegos enemigos; rescatando a los heridos”.

Por su ejemplar conducta solicitaba “se le otorgara el grado de Coronel del Ejército Colombiano”.

UNA NIÑA SIN MADRE

Hija del hidalgo español Simón Sáenz Vergara y de la criolla María Joaquina de Aispuru, Manuela Sáenz nació en la ciudad de Quito, en Ecuador el 27 de diciembre de 1797. Huérfana de madre, fue entregada al convento de las monjas conceptas, en el que pasó sus primeros años bajo la tutela de su superiora, sor Buenaventura.

En diciembre de 1816, Manuela conoció en Quito a James Thorne, acaudalado médico inglés veintiséis años mayor que ella. Simón Sáenz, su padre, como era costumbre en la época y por razones de conveniencia, pactó su boda para julio de 1817.

La boda se celebró en Lima, donde además se hizo amiga de la guayaquileña Rosa Campuzano y se involucró de lleno en actividades políticas.

Por sus actividades proindependentistas, el general José de San Martín, luego de haber tomado Lima con sus milicianos y proclamado su independencia el 28 de julio de 1821, le concedió a Manuela el título de Caballeresa del Sol de la Orden El Sol del Perú.

ENCUENTRO CON BOLÍVAR

En la entrada triunfal de Simón Bolívar a Quito, el 16 de junio de 1822, Manuela Sáenz de Thorne lo ve por primera vez. Ella misma narra lo sucedido en su diario de Quito:

“Cuando se acercaba al paso de nuestro balcón, tome la corona de rosas y ramitas de laureles y la arrojé para que cayera al frente del caballo de S.E;
pero con tal suerte que fue a parar con toda la fuerza de la caída, a la casaca, justo en el pecho de S.E. Me ruboricé de la vergüenza, pues el Libertador alzó su mirada y me descubrió aún con los brazos estirados en tal acto; pero S.E. se sonrió y me hizo un saludo con el sombrero pavonado que traía a la mano”.

En un encuentro posterior, en el baile de bienvenida al Libertador, él le manifiesta: “Señora: si mis soldados tuvieran su puntería, ya habríamos ganado la guerra a España”. Manuela y Simón Bolívar se convirtieron en compañeros sentimentales y de lucha hasta la muerte del Libertador.

Durante su estancia junto a Bolívar en Santa Fe de Bogotá, el 25 de septiembre de 1828, el Libertador fue objeto de un intento de asesinato, frustrado gracias a la valiente intervención de Manuela.

AMOR ETERNO

A la muerte de Bolívar, en 1830, las autoridades de Bogotá expulsaron a Manuela de Colombia. Años después, decidió instalarse en el pueblo de Paita, al norte del Perú.

Durante los siguientes años se dedicó a la venta de tabaco, además de traducir y escribir cartas a los Estados Unidos de parte de los balleneros que pasaban por la zona, hacer bordados y dulces por encargo.

Manuelita sucumbió el 23 de noviembre de 1856 durante una epidemia de difteria que azotó a la región.
Su cuerpo fue sepultado en una fosa común del cementerio local y todas sus posesiones fueron incineradas.
Manuelita entregó al irlandés Daniel Florencio O’ Leary gran parte de documentos para elaborar su biografía sobre Bolívar, de quien Manuela dijo: “Vivo adoré a Bolívar, muerto lo venero”.

EL REENCUENTRO

El 5 de julio de 2010, llegó al Panteón Nacional un cofre que contiene tierra de Paita,los aspectos importantes de Manuela Sáenz es que ella reconoce en sus escrito

Estos restos simbólicos fueron trasladados por tierra. Atravesaron Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, hasta arribar a Caracas, lugar donde reposan en un sarcófago diseñado para tal fin, junto al altar principal en el que yacen los restos del Libertador Simón Bolívar.

En esa oportunidad, a Sáenz se le concedió el ascenso póstumo a Generala de División del Ejercito Nacional Bolivariano de Venezuela, por su participación y actuación en la guerra independentista, en un acto que contó con la participación de los presidentes de Ecuador y Venezuela.

“Debiera respetarse la imagen de Manuela Sáenz como un personaje importante en la emancipación de nuestra América”, resaltó Neruska Rojas.

UNA MUJER COMO MUCHAS OTRAS

Manuelita no encaja en el modelo de mujer virtuosa impuesto en los siglos XVIII y XIX. Ella rompió los esquemas de aquél entonces; por ello, “lo más importante en este momento es exaltarla por sus méritos y no por el tiempo que compartió con el Libertador”, subraya la historiadora Neruska Rojas.

Concluye: “Es necesario que el pueblo sepa el antes y después de Manuela, y que conozca que fue una mujer muy sensible a la causa patriótica y que participó activamente, como lo hicieron muchísimas mujeres en igual condición que ella”.

T/Alexander Escorche Caña
Con información de la Embajada del Ecuador en Venezuela
F/Archivo CO
Caracas

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