Miles de personas han salido a las calles de distintas ciudades de Estados Unidos, como Washington, Los Ángeles y Chicago, para reeditar la «Marcha de las mujeres», un año después de que el presidente Donald Trump tomase posesión de su cargo.
En ciudades como Nueva York, una multitud integrada en su enorme mayoría por mujeres, se movilizó hasta los alrededores del Trump International Hotel, uno de los hoteles del imperio inmobiliario del presidente republicano para protestar en contra de sus medidas políticas.
Los manifestantes protestaban por la defensa de los derechos de los inmigrantes, por una mayor igualdad de género, y en contra de lo que calificaron como las incompetencias del mandatario.
Una de las manifestantes, una teniente coronel retirada, Vitessa DelPrete, expresó: «La marcha del año pasado ya había superado las expectativas (…) A medida que se acercan las elecciones de mitad de mandato creo que vamos tomando un formidable impulso».
El lema escogido para la ocasión es «El poder a las urnas», el cual busca elevar el número de votantes registrados e involucrar a más mujeres en las elecciones, en las que se renovará un tercio del Senado y la totalidad de la Cámara de Representantes, ambos bajo dominio republicano.
Los protestantes se movilizaron con el objetivo de sensibilizar a los electores de Estados Unidos y a animar a los ciudadanos a inscribirse en los registros electorales para así posibilitar «la reconquista del Congreso por parte de la oposición» demócrata.