Investigación científica, ecoturismo, fuentes de empleo, así como protección y conservación de entornos naturales, serán algunos de los beneficios de la declaratoria como Reserva de Fauna del sendero La Chica de la Península de Macanao, estado Nueva Esparta, zona insular de Venezuela.
En el lugar se ejecuta el proyecto de conservación de la Cotorra Margariteña —en peligro de extinción— y se ha convertido en un centro de monitoreo, control, resguardo e investigación de la diversidad biológica.
El director estadal del Ministerio para Ecosocialismo y Aguas (Minea), Luis Bermúdez, destacó las bondades de la isla de Margarita para el desarrollo del ecoturismo, modalidad que permite «un aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, promoviendo la conservación de espacios y vinculando a las instituciones, comunidad, universidades y organizaciones en el aspecto científico», dijo citado en una nota de prensa del Ministerio.
Explicó que la declaratoria de la zona como Reserva de Fauna traerá como beneficio el incentivo a la actividad científica, prácticas ecológicas, diversificación de la oferta turística, atracción de nuevas fuentes de empleo, así como contribuir a la protección y conservación de bosque seco, «aspecto determinante para la subsistencia de diversos ejemplares de fauna».
El programa de conservación de la Cotorra Margariteña cuenta con la participación de orientadores del Minea, así como el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), de Oriente (UDO), Central de Venezuela (UCV), y la Fundación La Salle, entre otras.
Sobre la ejecución del proyecto de conservación, Bermúdez detalló como logro importante el inventario de ejemplares, con la articulación de la comunidad; creación de la brigada de ecoguardianes; el decreto de ave regional para tener otra figura de protección para la especie, la realización anual del festival de la Cotorra, y alcanzar un promedio de liberaciones de 50 volantones anuales.
Indicó el director del Minea en Nueva Esparta que cada año el número de aves liberadas aumenta exponencialmente, logrando en el año 2015 la cifra de 93 volantones, lo que representa el récord máximo desde que se inició la ejecución del proyecto.