María del Mar Álvarez: Luchadora emblemática del siglo XX venezolano

María del Mar Álvarez de Lovera fue una luchadora social feminista y revolucionaria, pionera de movimientos sociales, políticos y académicos por los derechos de las mujeres, y también fue la primera directora del Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad Central de Venezuela (CEM de la UCV) y primera defensora de los derechos de la mujer.

Su admirable y digna posición de lucha permanente en demanda de justicia por el asesinato de su esposo, el dirigente comunista Alberto Lovera, secuestrado y sometido a terribles torturas que le causaron la muerte y luego desaparecido hasta que flotó en la playa de Lechería, estado Anzoátegui, la convierten en una persona emblemática dentro de la historia del siglo XX venezolano.

Su más cercana amiga, la abogada Ada Ramos, comparte sus recuerdos exponiendo aspectos que retratan cómo era el momento histórico que vivió Venezuela en la segunda mitad de ese período.

De María recuerdo que era una gran luchadora, militante en todo lo que hacía y muy disciplinada, dijo. Fue activista política, catedrática y escritora, autora de varios libros, y en la escuela de Trabajo Social de la UCV daba clases sobre derechos de la mujer.

Los años juveniles

Conocí a María del Mar desde muy jovencita, pues estudiamos juntas desde 5º año de bachillerato en el liceo Andrés Bello, ingresamos en flosofía y letras en la UCV. Nos inscribimos en la juventud comunista y éramos muy activas. Pertenecíamos a la Unión de Muchachas de Venezuela, junto con Esperanza Vera, Irma Landaeta y otras muchas jóvenes de la época.

“Nuestra función era actuar como unas muchachas revolucionarias y de izquierda para organizar a las jóvenes de los liceos y los barrios, a fin de que participaran en actividades políticas”.

Ingresaron juntas a la universidad y se graduaron de abogadas. Fue en casa de Ada Ramos donde María del Mar conoció a Alberto Lovera.

Ella vivía en mi casa, y un día llegó un señor con una cachucha puesta, resultó ser Teodoro Pettkoff. Nos dijo: “Les presento a este señor que se va a quedar en esta casa”. Era Alberto Lovera, un obrero bondadoso, culto y muy docto, a quien estaban buscando vivo o muerto.

“Allí pasó un tiempo más o menos largo, y como ambos estaban todo el día en la casa, María y Lovera conversaban mucho. Ella se enamoró de él y se casaron”.

En los años 50, ya no era la Unión de Muchachas sino la Unión de Mujeres, junto a Argelia Laya, Eumelia Hernández, Carmen Quintero, Belén San Juan y María del Mar le escribíamos a todo el mundo para que se activaran con nosotras.

Atendíamos a las mujeres, para reunirlas, organizarlas, y concienciarlas.

Sufrimos cárcel y represión

Destacó que fueron tan perseguidas como todos los comunistas. Betancourt y los adecos también las reprimieron.

Ada Ramos, quien participó en la defensa de los compañeros de Livia Gouverneur, detenidos por la acción contra cubanos anticastristas, fue parte del equipo defensor de los participantes en el Porteñazo, y estuvo presa con la madre de los hermanos Pasquier, quien reclamaba por dos de sus hijos, desaparecidos políticos, que se dice fueron lanzados de un avión en vuelo en una selva, y por otros incidentes de este tipo que formaban parte de la vida de los abogados defensores de presos políticos en los años del puntofijismo, subrayó:

A mí, a Belén San Juan, Carmen Quintero y otras camaradas nos pusieron presas varias veces. Por ejemplo a mi me mantuvieron en la Penitenciaria General de Venezuela, que era una cárcel para hombres.

El profesor Lovera

A Alberto Lovera le decían unas veces el Cojo, otras el Profesor, pero él tenía sus dos piernas. Sería algún golpe o algo que le puso a cojear. Cuando le decían profesor, que no lo era, fue por una identidad que le inventamos nosotros los comunistas, reveló

Casada con Lovera, y trabajando en la Universidad, María del Mar seguía metida en el trabajo con las mujeres. “Tuvo dos hijos, Alberto y Yanira, que era igualita a Lovera, blanca,con sus ojos azules”.

-En ese tiempo asesinan a Lovera, lo secuestran, lo torturan hasta matarlo y lo echan al mar en el oriente del país, a fin de convertirlo en otro desaparecido, contó.

“A mí me llamó Pedro Méndez, mi esposo entonces, y me dijo “… apareció Lovera flotando en una playa”. Nos sorprendimos mucho”.

Todo el mundo creía que estaba vivo, escondido o huyendo, porque él sabía dónde estaban todos los miembros de la Dirección del partido, y no le pasaba nada a nadie. Finalmente resultó que a pesar de todas las torturas que sufrió, no dijo ni una palabra. Por todo esto Lovera es un héroe.

Manifestó que “sus asesinos, Atahualpa Montes y el capitán Vegas, fueron denunciados por María del Mar sin descanso, pero sin odio; María solo quería que se hiciera justicia sobre todos los que estuvieron involucrados, pero no lo logró, los culpables nunca fueron castigados”.

Sin embargo, ella no descansó, hasta fue de las primeras en la Comisión de la Verdad que creó Chávez.

Escritora

María del Mar siempre decía que quería hacer libros sobre las mujeres venezolanas y realizó profundas investigaciones sobre la participación heroica de ellas en la historia de la patria, -rememoró la abogada defensora de presos políticos.

En el prólogo de su libro Mujeres Venezolanas dice: «Hace muchos años que alimento los deseos de realizar una investigación sobre mujeres venezolanas, escogiendo para ello algunas de las tantas figuras que en la ciencia, el arte, la política o las luchas sociales, han hecho camino en este país, cuyas historias son tan complejas e intensas que uno termina por preguntarse cuánto en ellas hay de verdad, cuánto de poesía. Mujeres que son hechas de verbo, coraje, fantasía, ganas y compromiso vital”.

Otra obra suya es La mujer en la Colonia, que lo dedica a su madre, “Ejemplo de valentía y nobleza de la mujer venezolana”, y también escribió Historia de la lucha de la mujer venezolana del siglo XX.

Texto/Mercedes Aguilar
Fotos/Jonathan Manzano