Mariana y Edgar Quijada a puro “dolor”

Más que un concierto la presentación de Mariana Guevara en Pdvsa La Estancia, Altamira, fue un regalo musical, una cita íntima con lo más recóndito de nuestros recuerdos. Digo yo que cuando la sensiblería está a flor de piel, un ramillete de boleros nos deja tirados en la propia esquina, arañando las paredes. Ya lo dijo don Agustín Lara en una oportunidad y nosotros lo repetimos con orgullo. Sí, somos cursis… ¿Algún problema?

El encuentro con esa pasión que llevamos dentro estuvo pautada para las 4:00 pm. Mariana Guevara “La Sonera”, por cualquier cosa, se llevó de invitado a Edgar Quijada el mismísimo “Dolor” que también se encargaría de herirnos con su melodía. Ambos se pasearon por hermosos números que fueron y son parte de un repertorio más que romántico, piezas edulcoradas con lágrimas y harto desdén. Mire que más de uno soltó su lagrimita, pero ya tocaremos el punto cuando llegue la canción.

ABRIERON EL ALMA

El depósito del amor, se ha dicho, es el alma. Esa que se enamora y uno no se percata de lo que ocurre. Científicamente se ha comprobado que la relación de parejas tiene que ver con asuntos hormonales. Son feromonas, sustancias químicas secretadas por un individuo con el fin de provocar un comportamiento determinado en otro individuo, por ello se asevera que “hay química” entre dos seres que se aman, y alguien agrega: “Con el alma”. Mariana, ataviada con un braga hindú, arrancó su presentación con ese bolerazo de Juan Rafael Márquez Urbino, mejor conocido como Juanito Márquez, director de la Orquesta Riverside: “Alma con alma”.

Luego vendría uno de mis boleros favoritos. El “Total” de Ricardo García Perdomo, donde se produjo un “pelón” musical que hizo que Mariana se detuviera momentáneamente para retomar la melodía. Corregido el entuerto, Mariana prosiguió su discurso dejándonos disfrutar de su estilo. En verdad ese “Total” nada tenía que ver con la versión de Celio González y Olga Guillot. ¡Muy bien!

Vinieron luego amontonándose más recuerdos y como diría don Roberto Ledezma, “se me olvidó tu nombre”, porque el desfile mental fue impetuoso con “La mentira” o como también se le llama: “Se te olvida”; dos títulos para ese solitario sentimiento amenazante de Álvaro Carrillo… “Se te olvida, que hasta puedo hacerte mal si me decido, pues tu amor lo tengo muy comprometido, pero a fuerzas no será…”

 

A PURO DOLOR

Digo que faltó una guitarra para presentar a Edgar Quijada en su más puro “Dolor”. Eso ocurrió a las 4:25 pm y La Estancia se llenó con la presencia del “Tite” Curet Alonso con dos boleros de primera clase como lo son “Mi triste problema” y “Puro teatro” en la voz de Mariana. Eso fue un fuera de serie, porque cada interpretación fue impecable, ello a pesar de que hubo poco tiempo para los ensayos. Por cierto, es importante acotar que extrañamos en el formato la presencia del bongó. Mariana se armó con el piano de Alberto Crespo, la percusión de Juan Pablo Barrios, Mauricio Landaeta, en las congas, el violín de José “Alambrito” Galindo y nuestro hermano José “Mortadelo” Soto en el bajo. Ojalá que en la próxima presentación veamos este instrumento que le pone el punto a la “i” en eso del bolero.

Seguidamente y para machacar más en la memoria y taladrar en los sentimietos, Mariana y Edgar Dolor se dispararon cuatro temas históricos: “Dile que por mí no tema” de Tony Smith, “Qué te pedí” de Fernando Mulens López, “Contigo a la distancia” del gran César Portillo de la Luz y “Pesar”, del maestro dominicano Rafael Bullumba Landestoy. Aquí se amontonaron los recuerdos, porque a la par de la magistral interpretación de Mariana, nos remontamos a viejos escenarios con luminarias de la talla de Celia Cruz, La Lupe, el propio Portillo de la Luz y nuestro recordado Alci Sánchez con La Billos Caracas Boy.

No podía faltar en este concierto la presencia espiritual y musical de don Pedro Junco, quien cerraría esta reunión íntima con su famoso “Nosotros”, pero a medio camino ya se había presentado con la memorable pieza “Tus ojos”. Otros cuatro números surgieron en el repertorio escogido por Mariana para su momento boleril: “Envidia” de Alfredo García Segura, “Lo mismo que a usted” de Dino Ramos y Palito Ortega y, finalmente, “Te extraño” de Armando Manzanero, donde Mariana se lanzó con una dramatización de primera que permitió que soltáramos la lagrimita mencionada en un principio. Edgar Dolor interpretó asimismo un número ya montado con Bailatino “Corazón fiel” o “Abre las puertas de tu corazón”.

El regalo final fue algo movido al estilo de la Orquesta Aragón. El resultado final puede ser calificado de excelente. Mariana, una vez más, demostró de qué está hecha. Es una “extraterrestre”, como bien la califica José Gregorio Acero cada vez que la presenta. Una sonera añeja… se escucha mejor al paso del tiempo. ¡Saravá!.

T/ Ángel Méndez
F/ Cortesía Lysbeth Weffe