El primer ministro de Italia, Mario Monti, llamó este miércoles a continuar las impopulares reformas de su gabinete, aún después de su dimisión a finales de este mes, cuando se espera una votación parlamentaria sobre la llamada Ley de Estabilidad.
Al intervenir en una reunión de la Asociación Nacional de los Industriales Automovilísticos, Monti estimó que los cambios operados por su gobierno en los últimos 13 meses estuvieron encaminados a hace de Italia un socio más creíble y deben proseguir, luego de la contienda electoral de 2013.
Las políticas de ajuste del gobierno de Monti para cumplir con recomendaciones de la Unión Europea, dirigidas a resolver los problemas de uno de los países de mayor deuda pública de Europa provocaron manifestaciones contra el gobierno, organizadas por las principales centrales sindicales nacionales.
Para el ex comisario europeo de Competencia, el plan de austeridad puesto en marcha, que incluyó fuertes incrementos de los impuestos, entre otras medidas, pretendió imprimir la capacidad a Italia «para competir sin temor reverencial».
El jefe de Gobierno exhortó a juzgar con prudencia el resultado de las reformas de su gobierno, en clara alusión a críticas lanzadas a su gestión por el ex primer ministro Silvio Berlusconi, quien el pasado viernes anunció públicamente su candidatura para las elecciones generales.
La presidencia italiana explicó que luego de la votación sobre la Ley de Estabilidad o de presupuestos generales, Monti dimitirá, se disolverá la asamblea nacional y se convocara a comicios adelantados en febrero o marzo del año próximo, en lugar de realizarlos en abril, como estaba establecido.
Pero las aspiraciones de Berlusconi de ocupar por cuarta ocasión la jefatura del Gobierno fueron puestas en duda por el máximo dirigente de la Liga Norte, Roberto Maroni, quien consideró que una alianza en el ejecutivo con el PDL solo será posible si el magnate mediático retira su candidatura.
El Partido Demócrata (centroizquierda) encabeza las encuestas y podría agenciarse una mayoría en la Cámara de Diputados, pero tendría dificultades para liderar el Senado, en especial, en las elecciones de base en las norteñas Lombardia y Veneto.