El manager criollo Oswaldo Guillén, fue despedido por la franquicia de los Marlins de Miami tras la mala temporada que tuvo el equipo floridiano.
El anunció se dio a conocer la tarde de este martes, justo un día antes que se de inicio a la etapa final de la temporada 2012 con la Serie Mundial entre Gigantes de San Francisco y Tigres de Detroit.
La gerencia del equipo no quiso esperar más para remover a Guillén de su cargo, pues además de la pésima temporada que tuvo al mando de los Marlins, a principio de temporada el mirandino se vio involucrado en una polémica con la comunidad cubana residente en Miami, hecho que sin duda desencadenó una serie de eventos desafortunados y que marcaron su salida definitiva del banquillo.
Los Marlins fueron últimos dentro de la división Este de la Liga Nacional tras finalizar con récord de 69 victorias y 93 derrotas, quedando a 29 juegos de diferencia por detrás del campeón divisonal, los Nacionales de Washington.
«Después de una cuidadosa consideración tras la decepción de la temporada 2012, se decidió despedir a Ozzie», dijo el presidente de operaciones de beisbol, Larry Beinfest.
«Nuestra búsqueda gerencial comienza inmediatamente y nuestra esperanza es que un nuevo mánager, junto con las mejoras del roster, restauren una cultura ganadora», agregó.
El otrora campeón de la Serie Mundial del año 2005 bajo el mando de los Medias Blancas de Chicago, no pudo cumplir con las expectativas que exigía tanto el alto mando del club, como una fanaticada ansiosa de título tras nueve años de sequía.
Ozzie, como se le conoce en el ámbito beisbolístico, sale por «la puerta de atrás» de un conjunto con el que saboreó un campeonato en rol de coach de tercera base en la temporada 2003 y parece haber perdido el cariño de aquella afición que tanto lo aclamó durante aquella época de triunfos.
Junto a Guillén, a quien todavía le deben 7,5 millones de dólares por los tres años que restan en su contrato, también fueron cesanteados los coachs puertorriqueños Joey Cora y Eduardo Pérez.