La Gran Misión Hogares de la Patria ha incluido a más 10 mil personas de las comunidades indígenas, articulado con los otros programas gubernamental, informó el viceministro para el vivir bien de los pueblos indígenas, Manuel Montiel.
Montiel aseguró que esta misión está llegado a los lugares más retirados del país, junto con la Misión Guaicaipuro, con la finalidad de solventar las necesidades más urgentes de un sector de la población que antes estaba excluido.
“Esta es una jornada para constatar casa por casa las necesidades de los hogares, por eso se realizó este recorrido por este urbanismo de la Gran Misión Vivienda Venezuela”, sostuvo el viceministros durante una jornada de verificación de datos del censo de la Gran Misión Hogares de la Patria efectuada en la urbanización Brisas del Alba, en el sector de Telares de Palo Grande, parroquia Caricuao.
GENTE ESPERANZADA
Adultas y adultos mayores que no disfrutan de pensión, niñas y niños que necesitan atención médica especial, personas con discapacidad, apoyo económico a personas que no cuentan con suficientes ingresos para sostener el hogar, son algunas de las necesidades con las que se encontró el viceministro en la visita de ayer.
“Las personas están muy esperanzadas con esta gran misión, porque además de que el Gobierno Bolivariano le entregó un hogar, ahora podrán tener acceso a otras ayudas para satisfacer necesidades de sus familias”, sostuvo Montiel.
En el sector de Telares de Palo Grande se registraron alrededor de 480 familias y hasta la fecha se ha verificado que 140 familias requieren apoyo del Gobierno, indicó Montiel después del encuentro con una de las familias que había sido censada y que se le verificaron los datos.
MAYOR CUIDADO
En un recorrido por los pisos de la torre Neverí del urbanismo, se pudo constatar que la mayoría de las personas visitadas manifestó su agradecimiento al Gobierno por la asignación de la vivienda, aunque pedían continuidad en los trabajos de remate y ornamento del edificio.
La torre cuenta con fosas para dos ascensores, pero solo se instaló uno. Además, algunos vecinos comentaron que era necesario un acompañamiento gubernamental para fomentar la convivencia ciudadana. Pobladores del piso 14, por ejemplo, preguntaron “si todavía las dos personas que se enfrentaron a cuchillos en la planta baja”, en la noche del viernes, permanecían ahí.
Al bajar no se pudo verificar rastros de sangre en el lugar, pero se observaron rastros de huellas de zapatos marcadas en la pared. Aunque el Gobierno Revolucionario entregó el urbanismo hacen un año, las áreas comunes se encontraban deterioradas, lo que evidencia falta de cuidado de los vecinos por el mantenimiento del edificio.