Unos 63 estudiantes chilenos, entre universitarios y secundarios, fueron detenidos este martes, durante un desalojo llevado a cabo por las Fuerzas Especiales de la Policía de Carabinero en el Ministerio de Educación, que había sido tomado previamente por los jóvenes.
Horas antes, los estudiantes habían cerrado las puertas del edificio, que luego fueron forzadas por los uniformados.
La ocupación de la sede del Ministerio de Educación se llevó a cabo para reiterar la demanda estudiantil de reformas educativas en el país y exigir que sus peticiones sean escuchadas con miras a los comicios primarios del domingo, donde serán electos los candidatos a las elecciones presidenciales de noviembre.
Además de reiterar su demanda de educación pública, gratuita y de calidad, los universitarios y secundarios piden mejoras en los sistemas de salud y pensiones.
El presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Andrés Fielbaum, expresó que tomaron el lugar para «reafirmar también las demandas que se empiezan a manosear en estas elecciones. Se confunde gratuidad con beca, por ejemplo, y también queremos apoyar a los secundarios en un posible desalojo frente a los locales de votación».
La acción de este martes forma parte de los preparativos del paro nacional estudiantil–obrero de este miércoles 26, que cuenta con el apoyo de diversas agrupaciones de trabajadores.
Las protestas estudiantiles en Chile, con movilizaciones multitudinarias, se intensificaron a partir de mayo de 2011. Los estudiantes demandan educación pública, gratuita y de calidad y se manifiestan en contra del actual sistema educativo, que permite una amplia participación del sector privado, en contraste con el insuficiente rol del Estado, que sólo aporta 25% del financiamiento.
Los jóvenes exigen al Gobierno que sea reformado el modelo educativo vigente, que fue implantado durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).