Pese al rechazo popular, el Pentágono y el gobierno japonés convinieron en agregar 12 aviones Osprey a la dotación de una base militar norteamericana en la sureña isla nipona de Okinawa, se conoció hoy en esta capital.
El enclave estadounidense de Futenma, Okinawa, posee una flota de 12 aparatos de ese tipo que causan repulsa en la población, a causa de dos accidentes en territorio japonés, cuyas consecuencias en víctimas o pérdidas materiales no se han hecho públicas.
Se supo que las autoridades militares norteamericanas notificaron al ministerio japonés de Defensa sobre los planes de habilitación de esas aeronaves.
El plan incluye descargarlas en la base aérea de la infantería de marina en Iwakuni, prefectura de Yamaguchi, y luego trasladarlas a Okinawa mediante el mismo procedimiento utilizado en la llegada de la primera flota de Osprey.
Los mandos estadounidenses propusieron enviar las naves directamente a Naha, la capital prefectural de Okinawa, pero Japón se opuso, al considerar que tal medida generaría indignación de los okinawenses e incluso protestas como las ocurridas en 2012.
Esa sureña isla nipona concentra el 70 por ciento de la misión militar norteamericana en Japón, otro de los puntos de rechazo de la población local.
En 1972 Washington entregó a Tokio la autoridad de Okinawa, tras ocuparla y dominarla desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.