Tras los escritores y científicos, historiadores y cineastas indios protestaron contra lo que consideran una escalada de intolerancia y de odio entre religiones imperante en esta nación surasiática.
En la actualidad «las diferencias de opinión se resuelven mediante el uso de la violencia física. Los argumentos no se rebaten con argumentos sino con balas», señala un grupo de 53 historiadores en una carta pública.
Una atmósfera viciada prevalece en la India, aseguran los firmantes, entre los que se encuentran Romila Thapar, Irfan Habib y Mridula Mukherjee.
Esto es particularmente preocupante para nosotros como historiadores porque se intenta prohibir libros y manipular declaraciones pasadas a pesar de que están apoyadas por fuentes, señalan.
Paralelamente, 10 cineastas, entre ellos Dibakar Banerjee y Paresh Kamdar, devolvieron sus premios nacionales también para protestar por la creciente intolerancia en la nación y en respaldo a los estudiantes que rechazan el nombramiento de Gajendra Chauhan como presidente del Instituto de Cine y Televisión.
Un grupo de científicos escribió días atrás una carta al presidente Pranab Mukherjee para denunciar el clima de odio, la polarización y la violencia entre religiones en la India.
Es necesario tomar nota de estos acontecimientos e iniciar las acciones adecuadas, señala el texto, rubricado por Naresh Dadhich, exdirector del Centro Interuniversitario para la Astronomía y Astrofísica, T.R. Govindarajan, profesor emérito del Instituto de Ciencias Matemáticas de Chennai, y H.S. Hani, exjefe del Instituto de Investigación Harish-Chandra, entre otros.
Los firmantes advierten que podrían seguir los pasos de los más de 40 ganadores de los premios de la Academia Nacional de Letras que entregaron esos galardones a modo de protesta por la situación.
Asimismo, piden aplicar medidas severas contra los asesinos de personas que supuestamente sacrificaron o ingirieron carne de vaca y aquellos que justifican tales crímenes.
El viernes último, la Academia Nacional de Letras condenó el homicidio de escritores al tiempo que llamó a varios de ellos a recuperar sus premios.
Durante una reunión de emergencia celebrada en esta capital, la cúpula de la Akademi Sahitya rompió su silencio como exigían numerosos literatos y denunció en especial el asesinato en agosto del racionalista l M.M. Karaburgi, celebrado por sectores ultrarradicales hindúes molestos por sus críticas contra los ídolos y prácticas de esa religión.
Fuera de la sede de la academia, decenas de escritores y artistas se concentraron para protestar contra lo que consideraron un creciente clima de violencia y de intolerancia.
Los contestatarios culpan al primer ministro Narendra Modi y al gubernamental Bharatiya Janata Party, a los que acusan de impulsar una agenda ultranacionalista hindú.