Convirtieron la protesta en actos vandálicos con instrucciones extranjeras que buscan deslegitimar un Gobierno electo constitucionalmente ante el sufragio. Cómplices y actores intelectuales con responsabilidades políticas y de oposición a la Revolución hacen evidente su participación en estos lamentables hechos que se han llevado vidas de venezolanos en nombre de la “paz” y la “democracia” que tanto pregonan.
Estudiantes sin dirección, sin argumentos tangibles para contrarrestar a un Gobierno popular que tiene como vértice fundamental la felicidad de la gran mayoría que son los pobres; estudiantes opositores que dan muestras claras de las carencias intelectuales que han venido desempeñando por la falta de preparación y experiencias en el campo político y social del que por naturaleza y nacimiento es ajeno para ellos.
La destrucción es en horario vespertino; tiene la solidaridad de sectores de la clase media alta, quienes han utilizado sus vehículos para transportar cuanta basura haga falta y así poder incendiar las calles para retratarse y utilizar la imagen que posteriormente son difundidas en las redes sociales y medios internacionales como “prueba auténtica” del show que arman contra la Revolución.
Obviamente nos damos cuenta que hace falta más trabajo en la parte educativa, en la que existen autoridades universitarias cómplices de estos actos violentos en los que son utilizados estudiantes inocentes y otros no tanto para lograr los objetivos políticos de un sector, empresarial y de la cúpula podrida que intenta sobrevivir de la IV República.
Por el contrario, la Revolución Bolivariana sigue dando muestras de paz, de solidaridad y de unión entre los pueblos. Ideando campañas que incentivan a la tolerancia, inaugurando la Filven 2014 y de esta manera compartir lo que tanto hace falta a la juventud opositora; más letras para combatir la ignorancia, más libros para contrarrestar las guarimbas y más amor para acabar con el odio infundado por actores políticos que se visten de titiritero para manejarlos a su antojo a cambio de cuatro centavos.
El mensaje debe ir más allá, tomando en cuenta que somos nosotros los chavistas, quienes somos el Gobierno y dentro de los parámetros constitucionales debemos garantizar el orden y autoridad que tanto reclama la sociedad.