Más de mil individuos partieron de Francia para unirse a grupos extremistas que operan en Siria e Iraq, subrayó este miércoles el primer ministro Manuel Valls.
De dicha cifra, unos 600 siguen en esos territorios, 250 volvieron a suelo galo y 148 habrían muerto, precisó durante una conferencia de prensa para presentar el proyecto de ley para reformar la Constitución.
Valls enfatizó que la amenaza terrorista nunca fue tan elevada, por lo que consideró necesario hacer frente a ese fenómeno, al yihadismo y al extremismo radical.
Apuntó que la lucha reclama actuar por todos los medios y dijo que una de las prioridades es reforzar el marco legislativo.
El jefe de Gobierno confirmó que el proyecto, adoptado este miércoles por el Consejo de Ministros, contempla retirar la nacionalidad gala a los binacionales nacidos franceses que sean condenados por terrorismo.
La legislación actual contempla la medida solo para los extranjeros nacionalizados, pero ahora se busca ampliarla, precisó.
Tal disposición fue esbozada ante el Congreso por el presidente François Hollande, el pasado 16 de noviembre, tres días después de los atentados que provocaron 130 muertos en París.
Fuentes gubernamentales informaron ayer que la retirada de la nacionalidad no estaría incluida en el texto. La ministra de Justicia, Christiane Taubira, expresó que no es una medida que se vea eficaz en la lucha contra el terrorismo.
La disposición, que genera criterios encontrados en este país, es discriminatoria, a juicio de sus detractores.
Sus mayores defensores, principalmente miembros de la derecha y la ultraderecha, señalan falta de coherencia en el discurso del gobierno, sobre todo por las imprecisiones de los últimos días sobre incluirla o no en el proyecto de reforma constitucional.
A partir del próximo 3 de febrero, está previsto el inicio del examen del texto en la Asamblea Nacional.