Por Armando Carías|McYuca (Opinión)

El joven dependiente, de impecable likiliki y elegante pelo e’guama, atiende con su proverbial amabilidad a la señora que acude con sus hijos, niña y niño, al criollísimo establecimiento de comida rápida. De fondo, como es habitual, se escucha un joropo recio.

-Buenos días, bienvenidos a McYuca. Me indica su orden.

-Una ración de deditos de yuca.

-¿Grande o mediana?

-Mediana.

-¿La quiere en combo?

-¿Cómo viene el combo?

-Trae McArepa de chigüire, casabe de Cúpira y bebida regular.

-¿Qué bebida?

-Chicha andina, carato de acupe y mazamorra.

-Deme el combo con mazamorra.

-¿Con papelón o con panela?

-¿El papelón es light?

-Light, doñita. Nos llegó esta mañana del Tejero. ¿Completa su orden?

-¿Tiene menú infantil?

-Por supuesto, «La cajita típica».

¿Qué juguete trae?

-Para los niños el muñequito de Tío Conejo y para las niñas el de La Cucarachita Martínez.

-¡Que cuchi!, ¿Y de comer?

-Nugets de lapa, deditos de yuca pequeños, un raspado con toppin de fororo y la bebida de su preferencia, tamaño regular.

-Bien. Dos «cajitas típicas».

-¿Completa su orden?

-Eso es todo.

-¿Forma de pago?

-Trueque.

-¿Qué trajo?

-Medio kilo de quinchoncho del huerto que tengo en el balcón, una muñeca de trapo que mi hija ya no usa y esta gelatina que hice yo misma.

-Déjeme sacar la equivalencia… yuca, McArepa, mazamorra y dos cajitas típicas… quinchoncho, muñeca y gelatina… ¡perfecto!, Tenga el vuelto, aquí tiene esta melcocha. Gracias por venir a McYuca.

-De nada. Buenos días.

-¡Siguiente!

armandoacarias@gmail.com