El médico internacionalista cubano contagiado con el virus del ébola, Félix Báez, se mantiene optimista y afirmó sentirse muy bien atendido en el Hospital Universitario de Ginebra, Suiza, informó este sábado el diario Juventud Rebelde.
Báez, de 43 años, fue trasladado este jueves desde Sierra Leona a ese centro asistencial donde recibe como tratamiento principal el fármaco Zmapp, de tipo experimental, que ha dado resultados alentadores, según reportes de agencias.
El rotativo cubano reseña este sábado una comunicación telefónica sostenida este viernes entre el integrante de la Brigada médica solidaria Henry Reeve y su esposa, Vania Ferrer, también especialista en Medicina Interna, quien afirmó que mantiene comunicación constante con su cónyuge.
«No te preocupes, me siento bien. Todo va a salir bien», le aseguró Báez en el contacto, durante el cual pudo escuchar a su hijo de un año y nueve meses, Félix Luís, quien se puso al auricular.
Según Ferrer, desde que su esposo llegó a Sierra Leona han mantenido una comunicación constante a través del correo electrónico en los que compartían sobre la familia y sus rutinas diarias.
Báez, de 43 años, fue trasladado el jueves al hospital ginebrino donde recibe como tratamiento principal el fármaco Zmapp, de tipo experimental, que ha dado resultados alentadores, según reporte de agencias.
El médico en jefe del Servicio de Cuidados Intensivos del hospital, Jerome Pugin, comunicó este viernes a periodistas que se planea incorporar a su tratamiento el antiviral de amplio espectro Favipiravir.
Esa institución médica cuenta con tecnología de punta para el tratamiento de pacientes con ébola, una larga experiencia en el tratamiento de fiebres hemorrágicas parecidas al ébola, y estándares de seguridad superiores a los exigidos por la OMS.
Según fuentes de la institución médica citadas por los medios internacionales, las personas infectadas son tratadas en habitaciones sujetas a presión negativa «que contiene la entrada y salida de aire» y aisladas del resto de las salas del hospital.
Cuba mantiene más de 200 especialistas a África occidental como contribución al esfuerzo internacional para combatir la epidemia en las naciones donde se originó, en respuesta al llamado de la Organización Mundial de la Salud y el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon.