Pese a que algunos voceros gubernamentales abogan con insistencia por las medidas de recortes con la finalidad de enfrentar la crisis económica y financiera en Europa, este lunes las estadísticas oficiales indican lo contrario.
Las medidas de austeridad adoptadas en los países del viejo continente apenas cambiaron el panorama, instalando una preocupación casi perenne sobre todo en las mentes de los consumidores, tal y como lo reflejan este lunes datos de la oficina de estadísticas de la Unión Europea (Eurostat).
Luego de ciertas variantes aplicadas en busca de soluciones, algunos de los países del eurogrupo encabezan la lista de los más endeudados, y sus créditos crecen pese a las rígidas medidas de austeridad puestas de manifiesto por los acreedores internacionales.
Esas iniciativas buscan sostener bajos los niveles de deuda, pero tal idea parece cada vez mas lejana en medio de una precariedad que para ciertos economistas parece infinita.
Eurostat declara sin embargo, que las reducciones del gasto público y los aumentos fiscales colaboraron en reducir el déficit en los 17 países de moneda única, sin embargo la deuda de la región aumentó, sobre todo debido a la ausencia del crecimiento económico.
De los países que aceptaron la ayuda internacional al término del año pasado, Portugal y España se enfrentan al aumento de su déficit en aspectos monetarios y en proporción de su Producto Interno Bruto (PIB).
Por ejemplo, el déficit de Portugal creció del 4,4 por ciento en 2012 hasta el 6,4 por ciento del PIB en ese propio año, mientras las cifras para España fueron del 9,4 por ciento al 10,6 por ciento.
Grecia pudo reducir sus créditos, pero el déficit incrementó su paso al 10 por ciento del PIB, ante la cifra anterior de 9,5 por ciento, y el país sigue con derroteros nefastos.
Solo Irlanda apreció una disminución del déficit del 13,4 por ciento el año precedente hasta el 7,6 por ciento del PIB actual.
Para el año anterior la deuda de la eurozona llegó al 90,6 por ciento del PIB regional anual, con el dato precedente en 87,3 por ciento, por lo que el optimismo de unos por ciertos indicadores, constituye preocupación para otros, en medio de una reforzada crisis que comenzó en 2008.