Medidas para el trasvase rentista

Por: Walter Ortiz

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Los anuncios que ha venido dando el Ejecutivo Nacional en materia económica vuelven a colocar en el centro del debate nacional la implementación de un programa cuyo eje gravitacional sea el equilibrio entra el trabajo y el capital.

Esta dialéctica vuelve al escenario justo cuando el presidente Maduro establece equilibrios en el proceso de ajuste económico, que favorezcan al trabajo sin medrar en los beneficios del capital, siempre y cuando estos no conlleven la explotación del trabajador.

Para nadie es secreto que en la Venezuela actual el esquema de salario mínimo existente hasta el 20 de mayo solo implicaba una cosa, un esquema de dolarización de los precios de bienes y servicios sin que esto tuviese ningún efecto en la escala general del trabajo, llegando a la distorsión total en el hecho que con un mes de trabajo promedio cualquier venezolano apenas podía acceder a algunos gramos de proteína animal como para alimentarse él y su familia.

Entonces, como era lógico esperar, estas medidas procuran precisamente generar nuevos equilibrios entre los precios y el salario para lograr armonizar la economía nacional, dándoles mayores estímulos de protección a los trabajadores quienes han visto pulverizada su capacidad adquisitiva en los últimos años.

Todo ello, en medio de un asunto estructural a la que parecen apuntar las acciones de este Programa de Recuperación Económica, como es salir del metabolismo rentista petrolero que ha marcado durante los últimos 100 años a la economía nacional.

Tal cosa, implica tener mucho ojo avizor no solo por el cumplimiento de estas medidas, generando un clima cada vez superior de gobernanza económica donde pueblo y Gobierno sean clave para el avance exitoso de este programa.

Sino, además, para salir al paso de manera victoriosa al plan conspirativo que se desarrolla contra el país, y que tiene al atentado en contra del Presidente de la República como un punto de inflexión que debe levantar las alarmas necesarias, ante posibles nuevos intentos de desestabilización, más violentos y organizados, a la paz del país y al clima de confianza que debemos ir construyendo para favorecer el trasvase rentista económico en una relación ganar-ganar para todos los actores del ámbito económico nacional.

Con ambos pies entre lo económico y lo político, debemos coadyuvar a la derrota de quienes apuestan por el fracaso económico de este programa y que pretenden reactivar formulas violentas, por acción u omisión, para hacerse del poder por vías no democráticas. Esta la tarea y el momento.

walter1982@gmail.com