Por Walter Ortiz|Medidas para soluciones (Opinión)

Después de un tiempo de espera probablemente prolongado para tener de parte del Gobierno Nacional una fórmula que con los esfuerzos de todas las venezolanas y y todos los venezolanos el presidente Nicolás Maduro realizó los anuncios económicos en esta primera fase de batalla para saldar positivamente la actual crisis económica que vive nuestro país.

A partir de allí, cualquier cantidad de devenidos expertos en economía, que harían delirar de envidia hasta los mismos técnicos del Banco Central Europeo o del Fondo Monetario Internacional que llevan más de cinco años buscando una fórmula exitosa para salir de la crisis económica mundial que ahora se ha erigido en probable recesión, salieron a despachar las medidas de “insuficientes”, tachándolas además con el membrete del fracaso como apuesta.

La realidad de todo esto es que la agenda política continúa siendo la piedra angular de muchos factores de la oposición en el país, que ven en esta crisis la oportunidad clave para conseguir lo que vienen procurando inocultablemente desde el 2 de enero de 1999: sacar de Miraflores a la Revolución Bolivariana.

El Gobierno de Maduro debe concentrar todo su esfuerzo a la titánica tarea de recomponer un tejido económico plagado de problemas y de cuyos análisis ya los venezolanos tenemos suficientes. Resulta alentador en esto que el sector farmacéutico haya tenido una reunión en el Palacio Presidencial, atendiendo un problema que llega a la cotidianidad del ciudadano, desvelado por medicinas y comida y no por agendas políticas.

Sin lugar a dudas estas medidas tendrán que contar con el esfuerzo y sacrificio de todos, para que en el mediano y largo plazo podamos resolver los grandes problemas de nuestra economía, azotada por una disminución enorme del ingreso nacional, y una inflación que es objeto del clamor popular por ser controlado de cualquier forma, por la erosión que causa al poder adquisitivo del pueblo.

Importante es que el Gabinete Económico del Presidente cumpla la orden que él mismo les hizo llegar el día de su alocución, comunicación franca, directa y transparente de todas las acciones para que no tengamos sorpresa alguna. El pueblo venezolano estará cada día más consciente de los retos que enfrenta en la medida que tenga mayores y mejores niveles de información.

Quienes deseen aportar desde cualquier sector de la vida nacional deben hacerlo con sentido constructivo, dado el peligro que corre la estabilidad no del Gobierno, ni de la Asamblea Nacional, sino del pueblo y de la República, que es más importante que los anteriores; quienes se empeñen en salidas del Gobierno con ideas locas o fuera de la Constitución quedarán aislados del sentimiento nacional. Quienes lo procuren respetándola tendrán que cumplir con sus extremos.

Al país no le importa en estos momentos ni la amnistía, ni la renuncia del Presidente de la República, ya que nada de eso soluciona sus problemas sensibles, que le aquejan día a día, y quien afirme lo contrario no es más que un ingenuo, o en su defecto mentiroso. Ojala estas acciones del Gobierno Nacional junto a todos los sectores de la vida nacional, públicos y privados, abran el sendero de la solución definitiva a esta crisis, en pro del bienestar del único que debe interesar en estos momentos: el pueblo venezolano.

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