Por Freddy Fernández|El mejor año de la oposición (Opinión)

Éste, el 2016, ha sido un año inmejorable para la oposición venezolana. No solo instalaron una Asamblea Nacional (AN) dispuesta a trabar, entorpecer y sabotear las labores de todas las instancias del Estado, sino que también han disfrutado de la merma drástica de los ingresos del país y hasta de la sequía.

Así uno puede entender esa mueca de alegría, casi redonda, que despliegan en colas, ascensores y supermercados, y que combinan con una batería de insultos contra lo chavista, lo bolivariano y hasta contra todo lo venezolano.

En su estrategia de amargura, todo lo que ocurre en Venezuela es presentado como si solo ocurriera en Venezuela. Así repiten su pregón de que es éste el único país afectado por la baja de los precios del petróleo y de que no es cierto que exista un fenómeno llamado “El Niño” y, que si acaso existe, lo inventó el presidente Nicolás Maduro.

Son ellos quienes han impuesto el criterio de que Venezuela es “el país más peligroso del continente”, donde reina la impunidad y donde los delincuentes actúan con armas de guerra. Pero también son ellos mismos los que quieren una ley para garantizar la impunidad de los delincuentes que han actuado en sus filas y los que presentan una denuncia, en Estados Unidos, por supuestas violaciones a los derechos humanos que habrían sido cometidas por la policía en su lucha contra las bandas criminales.

A uno le cuesta creerlo, pero allí están, se muestran casi felices porque el riesgo de infelicidad es muy alto. Casi contentos porque la alegría del país también ha registrado una merma. Si no fuera por lo que temen, esos “casi” no existirían.

Están seguros de que 2016 es su mejor momento y tienen el gran temor de que no les dure mucho. Este miedo les mueve a intentar pronto cualquier forma de golpe de Estado, antes de que algo cambie en favor de la gente.

Les aterra que haya alegría, que haya motivos de felicidad y optimismo. Saben que su mundo se nutre de la desesperanza que reina cuando convencen a los pobres de que serán eternamente pobres.

@filoyborde