Hace 197 años ofreció su discurso magno|El Libertador propuso en Angostura reformas sociales y políticas

El 15 de febrero de 1819 se instaló el Congreso de Angostura (en la actual Ciudad Bolívar), que reconstituyó la República, y que meses después aprobó una nueva Constitución junto al proyecto de unir a Venezuela, Nueva Granada y Quito en un nuevo Estado, la Gran Colombia.

En ese acto el Libertador Simón Bolívar ofreció su pieza oratoria más memorable, conocida para la posteridad como Discurso ante el Congreso de Angostura.

BALAS Y DISCURSO

La provincia de Guayana había sido liberada entre marzo y septiembre de 1817 con acciones terrestres y fluviales dirigidas por Carlos Manuel Piar, Luis Brión y el propio Libertador. Desde entonces este último había cubierto varias campañas en los llanos y el centro del país y estuvo a punto de perder la vida en Casacoima y el Rincón de los Toros. Y, sin embargo, siempre disponía de tiempo para reflexionar y dictar ideas luminosas respecto a la República. Así, a lomo de mula o caballo, sobre una curiara o en un campamento, el héroe fue dictando la pieza que recoge su visión del Estado, el poder moral, la Cámara de la Educación y la creación de la Gran Colombia

REFORMA SOCIAL

El Libertador solicitó a los legisladores de Angostura la ratificación de las medidas que había dictado como Jefe Supremo de la República entre 1816 y 1819. Entre esas medidas se encuentran la abolición de la esclavitud, decretada en Carúpano en 1816.

También destaca su Decreto de Reparto de Bienes Nacionales, mediante el cual procuró hacer justicia a favor de los combatientes de la Guerra de Independencia, viudas y huérfanos, con la entrega a su favor de lotes de las haciendas que habían pertenecido a los realistas emigrados.

FUERZA MORAL

El Discurso de Angostura se distingue además por la fuerza de su indagación acerca del origen de la parcialidad a favor de los españoles por gran parte de la población, ubicándolo en los recursos de orden moral empleados por España. Así, con el engaño, el vicio, la ignorancia e intriga, y la licencia irrefrenable de pasiones, tomadas como libertad, se sostuvo el régimen colonial en América.

T/Néstor Rivero
I/Vargas