La columna Globoterrada | Mentalidad colonial (Opinión)

Se han vertido ingentes cantidades de tinta describiendo lo que es la mentalidad colonial, sus causas y sus consecuencias. Aún así, los colonizados mentalmente no se han enterado.

Celebro la actitud del diputado Ricardo Sánchez en la Asamblea Nacional (AN), al votar a favor de la ley habilitante contra las pretensiones coloniales estadounidenses. Le ha tenido que tocar la experiencia de ser un paria en la misma oposición para que le cayera la locha.

El concepto de mentalidad colonial es más fácil de entender sí eres librepensador o, en el caso de no serlo tanto, si te ha tocado experimentar rechazos coloniales.

Hace un tiempo hice una lectura casual de un ensayo sobre dos famosos escritores peruanos, Garcilaso de la Vega, el inca, y Mario Vargas Llosa, ambos mestizos. El primero, rechazado por una sociedad racialmente inclemente, terminó defendiendo su origen mestizo. Al segundo le tocó en suerte la lisonja de las metrópolis culturales y terminó, después de un paseo por ideas de izquierda, abrazando la mentalidad colonial.

Muchas veces me han preguntado “¿cómo es posible que una persona tan inteligente como tú pueda ser chavista?”. Suelo responder que no es asunto de inteligencia sino de mentalidad, respuesta que sume a mi interlocutor en una profunda confusión.

La mentalidad es como un estado intermedio entre la emoción y la razón. El colonizado se ilusiona con el modo de vida idealizado de la clase media estadounidense, publicitado a más no poder por los medios de comunicación occidentales. De alguna manera siente que la actitud de Estados Unidos como policía del mundo los defiende.

La mentalidad deviene en escudo contra la razón, en idealización de modelos y negación de todo lo que malponga esos modelos. El que cree en invasiones militares yanqui es porque su mentalidad se impone a su razón.

La principal barrera que debemos superar para atraer a los sectores opuestos a cualquier proyecto socialista es la barrera de la mentalidad colonial. Pregúntenle a los puertorriqueños invitados a Filven. Algunos medios televisivos y radiales del Estado deben tomar nota de esto.

T/ Emilio Hernández