Las palabras del diputado a la Asamblea Nacional en desacato Edgar Zambrano, tan pronto fuera liberado al recibir medidas cautelares, tal vez nos pudieran ofrecer una aproximación hacia el significado puntual del paso dado el lunes por el Gobierno Nacional y factores moderados de la oposición al iniciar una nueva fase del diálogo en busca de soluciones pacíficas para nuestra patria: “No tenemos por qué castigar o flagelar las iniciativas de resolución ni de actores de la sociedad política venezolana, que han tenido la iniciativa de abordar la liberación de presos políticos”, expresó de manera muy ponderada a la salida de Fuerte Tiuna, donde se encontraba recluido desde mayo por haber convalidado con su presencia en el distribuidor Altamira el fracasado golpe de Estado del 30 de abril.
Lo esperaban a su salida el constituyente Francisco Torrealba y los dirigentes opositores Claudio Fermín, Timoteo Zambrano y Felipe Mujica, firmantes del documento de seis puntos mediante el cual se traza un nuevo rumbo en procura de la paz en Venezuela sin injerencias externas.
Fermín, vale decir, fue dos veces alcalde de Caracas y en una ocasión, 1993, candidato presidencial de Acción Democrática; Zambrano, al igual que su tocayo beneficiario de la medida sustitutiva, fue varias veces parlamentario por la misma tolda; Mujica, es uno de los líderes históricos del Movimiento Al Socialismo.
Su declaración, llamando a respetar a quienes por la oposición atendieron este llamado hecho por el presidente legítimo y constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, contrasta con las reacciones destempladas de los sectores fascistas, que saltan a descalificar a quienes suscribieron la iniciativa oficializada el lunes, y, por supuesto, las de sus amos imperiales, y emiten un comunicado el martes en el cual ratificaron su postura dirigida al derrocamiento de la Revolución Bolivariana, tal y como lo denunciara el canciller Jorge Arreaza en su cuenta en Twitter:
“El Gobierno de EEUU va a demostrar su carácter guerrerista al subestimar los procesos de diálogo político que se desarrollan de manera soberana en Venezuela. Para la administración Trump la paz y el entendimiento son malas noticias”.
Esta negociación con diferentes actores opositores llega en un momento particularmente complicado para el autoproclamado y los fascistas que lo acompañan en sus aventuras sediciosas comandadas por los genocidas de Washington, al quedar al descubierto con la banda narcoparamilitar “Los Rastrojos”, por lo cual es natural su virulento rechazo.
La liberación de Zambrano y la incorporación de los parlamentarios del Partido Socialista Unido de Venezuela a la Asamblea Nacional en desacato forman parte de los acuerdos signados en la Casa Amarilla, en la cual, por cierto, estuvieron presentes representantes del cuerpo diplomático, que levanta motivos para un lógico optimismo.
Respaldo presidencial
Apenas materializarse la firma del documento, el presidente Nicolás Maduro Moros dejó saber su respaldo al mismo: “Saludo la firma de los acuerdos alcanzados en la Mesa de Diálogo con la oposición. Es un paso para avanzar hacia la convivencia y la paz. Todas las puertas del diálogo seguirán abiertas para la tranquilidad de todos los venezolanos”, expresó en su cuenta en Twitter.
Ser optimistas
En distintos sectores de la población venezolana, el importante paso fue recibido con esperanza porque finalmente se logren avances y acuerdos concretos para darle una salida a la situación de nuestro país, como lo muestra la consulta hecha por nuestro compañero Manuel Abrizo, publicada el miércoles pasado en la edición del Correo del Orinoco.
En la misma dirección apunta el integrante de la Dirección Nacional de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, Rafael Chacón, para quien existen razones para el optimismo: “Todo proceso de diálogo debe y tiene que ser productivo, debemos tener mente positiva, lo importante es, en primer lugar, hacer una retrospectiva histórica desde inicios de nuestra Revolución, que como todas las que se caractericen por defender la independencia, la soberanía y apuntar hacia el socialismo, como en el caso nuestro, serán atacadas, amenazadas permanentemente”.
En el mismo sentido, el coordinador de Formación Ideológica de la CBST recordó lo ocurrido en abril de 2002, luego del fracasado golpe de Estado liderado por Pedro Carmona:
“El presidente Hugo Chávez, una de las enseñanzas que nos dejó desde el Salón Ayacucho de Miraflores, cuando enseñó el crucifijo, fue la del llamado a la paz, a la convivencia y al diálogo. Él siempre estuvo en la búsqueda de la pacificación entre nosotros, a pesar de las diferencias ideológicas que hemos tenido y seguiremos teniendo con la derecha, la oligarquía y la burguesía. Quiero decir con esto que el llamado al diálogo no es reciente, sino que ha sido una política de la Revolución Bolivariana desde sus inicios y ahora tenemos los casos más frescos, con el presidente Nicolás Maduro”.
Chacón enumera lo ocurrido con el de República Dominicana, “cuando Julio Borges le dio una patada a la mesa, los intentos de diálogo en Oslo, Barbados, todos los llamados al diálogo infinitas veces hechos por el presidente Maduro, a la paz, a la convivencia. Es un planteamiento histórico. Aspiremos a que este nuevo proceso sea productivo”.
El profesor de la Universidad Experimental de la Gran Caracas (Unexca) apunta: “Los acuerdos suscritos tienen elementos emblemáticos, con lo económico, con la política general de gobernabilidad y tan importantes como esos donde los sectores de la oposición defienden nuestra soberanía e independencia, en el caso de los derechos legítimos de nuestro país sobre la Guayana Esequiba, eso es altamente positivo, así como lo que tiene que ver con el exhorto a la justicia mediante la Comisión de la Verdad, que acuerde medidas de sustitución de privativa de libertad en los casos pertinentes”.
“Aquí lo importante”, recalca, “es el reconocimiento a la Comisión de la Verdad, cosa relevante porque tiene que ver con todos estos elementos políticos de la lucha de clases que estamos viviendo, y podemos decir que es muy positiva esta mesa de diálogo porque hay un rechazo de parte de esos sectores de la oposición a las sanciones y por otro lado se propone el instrumento de intercambio de petróleo por alimentos, medicamentos y otros insumos esenciales. Por eso podemos decir que hay un avance, a pesar de que no están todos los sectores de la oposición representados ahí, pero hay algunas personalidades de peso y partidos como el MAS, uno histórico, Avanzada Progresista, Cambiemos y Soluciones para Venezuela, que de una u otra manera tienen una representación importante”.
Al referirse a la receptividad que pudiera tener este paso, el también vicepresidente del Ipasme subraya: “Si hay una enseñanza que nos han dado el pueblo venezolano, la clase trabajadora, es tener una alta conciencia revolucionaria, entendiendo a cabalidad este momento histórico, sobre todo la arremetida de los dos últimos años, en que se ha incrementado de manera bárbara la guerra económica con un carácter híbrido, porque tiene componentes psicológicos, comunicacionales, si bien el epicentro es la economía”.
Por eso, a su juicio, la iniciativa que cobró forma oficial el lunes, es recibida “con beneplácito, indudablemente y una vez más el Gobierno Nacional, el Partido Socialista Unido de Venezuela, la clase trabajadora con su Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, es un indicativo de que vamos por buen camino, un buen augurio para apuntalar este nuevo proceso de diálogo”.
“Esto es un mensaje también muy importante hacia el resto del mundo, el llamado que hacen los firmantes, tanto del Gobierno como de la oposición, es importante a que se abra la puerta al diálogo. Se está enviando un mensaje al mundo de paz, de democracia, de que aquí no hay una dictadura, de un diálogo permanente, de que somos capaces de sentarnos en busca de entendimiento por encima de las diferencias”, finalizó Rafael Chacón.
El momento político
Por su parte, la politóloga Carolina Escarrá se mostró cautelosa con la firma de los acuerdos, si bien destacó: “La importancia por el momento político, muchas de las acciones de estas últimas semanas son de cara a la Asamblea General de las Naciones Unidas, al concierto internacional, a ese campo de batalla, todo lo que implica la ONU, inclusive a nivel mediático”.
En ese contexto, uno de los elementos importantes es “deslegitimar” al autoproclamado, “no como factor de la oposición, sino como alguien que no puede acusar al Gobierno de estar ligado al terrorismo, sobre todo con lo ocurrido con él y ‘Los Rastrojos’. No creo que tenga mucha fuerza (este nuevo proceso), como no la tuvo el anterior, (aunque) de todas maneras aquí no hubo una patada a la mesa porque –el títere imperial- no haya sido quien se sentó a dialogar y entonces no han podido tener el momento mediático que tuvo Borges en la oportunidad anterior. Aquí hay un documento firmado, que se puede presentar ante Naciones Unidas para demostrar que hay una oposición que no está vinculada a los paramilitares, al terrorismo, al narcouribismo, pero que esa oposición, que además es tradicional en muchos aspectos, está dispuesta a llegar a un acuerdo, que además se firmó, algo para mostrar ante el mundo, que los venezolanos estamos dispuestos a sentarnos a dialogar mientras no sea con factores que lo que quieren es la guerra entre nosotros”.
A juicio de la también diplomática, como parte del proceso, “al Gobierno, dentro de todo lo que se ha venido diciendo sobre la guerra, los ataques y todo lo demás, le ha faltado tocar la planificación que tiene el Comando Sur para destruir a Venezuela, para convertirla en un Estado fallido, porque lo que se quiere exponer a nivel internacional es que entramos en esa categoría y por tanto el concierto internacional debe intervenir de alguna manera, bien sea a través del TIAR, de la OTAN, del Consejo de Seguridad de la ONU, como lo hicieron por ejemplo en Irak o una aventura tipo Siria, que terminó en un fracaso”.
Escarrá, destacó: “Unas declaraciones de un vocero del Mossad, quien reconoció recientemente que le pagaron para que entrenara a venezolanos en Colombia. Además de esas cosas que se han ido develando, como las fotos con ‘Los Rastrojos’ y el mismo hecho de que quien denuncia fue alguien vinculado a los derechos humanos en Colombia. Incluso, eso da al traste con la actualización del informe Bachelet, en el cual hace énfasis en que el Gobierno no eliminó la FAES, cuando es uno de los entes que está ayudando a desarticular las bandas paramilitares en la frontera”.
Le llama la atención el silencio del monigote de la Casa Blanca y su banda, “como esperando lo que pase en la Asamblea General de la ONU. Mediáticamente, parecen no tener argumentos, porque los ‘fake news’ que iba a llevar Iván Duque como supuestas pruebas de que Nicolás está vinculado a las FARC se caen cuando se acaban de hacer públicos los nexos con los paramilitares”.
Con esta Mesa de Diálogo Nacional, se demuestra que “Maduro está tratando de llegar a acuerdos con una oposición racional. Se sabe que son cuatro partidos no guerreristas, no intervencionistas, no ligados a potencias internacionales. No toda la oposición está de acuerdo con este nuevo proceso, pero a nivel internacional Nicolás sigue hablando de diálogo y además hay algo firmado ahorita. Un acuerdo muy similar se planteó hace dos años, pero Julio Borges le dio una patada a la mesa. Habría que ver cómo se desencadena todo esto y si los que fueron candidatos en las elecciones del año pasado se suman. Creo que sería muy importante”.
Articulista ordinaria del Correo del Orinoco, Carolina Escarrá no sabe “si sea un paso en la búsqueda de una solución pacífica, estaría a la espera de lo que van a hacer ellos –los extremistas-, que sabemos que no son solo el autoproclamado, Leopoldo, Violencia Patriarcal, sino toda una corriente imperialista detrás que incluso va más allá de Trump, los vinculados al Grupo Vanguard, a los Rothschidl, a los Rockefeller y otros, todo un entramado que va mucho más allá“.
Carolina Escarrá, finaliza apuntando: “Se envía el mensaje al mundo de que se sigue con el proceso de diálogo, de que existe una oposición pacífica en Venezuela, y el más importante es que los venezolanos podemos resolver nuestros asuntos entre nosotros mismos, que no hay que llevarlos por ejemplo ante la ONU. Esta es una demostración de que hay una oposición que quiere sentarse”.