Por Norka Ruíz| Mi hija aspie (Opinión)

Esta no es una historia común, aunque parezca. Recuerdo que mi hija al año aún no caminaba. Su pediatra siempre decía lo mismo: -Puede caminar en puntas hasta los tres años de edad porque está alineando su columna. Y esperé. Sin embargo, a los dos años y medio decidí investigar por internet y encontré tres probabilidades: a) pie equino, b) acortamiento del tendón de Aquiles y c) parálisis cerebral ligera.

Acudí a un neuropediatra en Maracay, quien me preguntó -¿Su hija habla de una forma peculiar, como si fuera de diccionario? Yo dije: -Sí, doctor. -¿Su hija a veces usted le habla y parece que no le escucha? -Sí, doctor. -¿Su hija sabe leer? Bueno, se sabe el abecedario y las vocales, e incluso desde los dos años, revisa mis libros de derecho y poco le gustan los libros con dibujos. -¿Su hija tiene algún tema, juego, interés especial? -Bueno, tiene una sabanita que es su preferida, le fascinan los colores primarios y secundarios.

El doctor dijo: -Mire, señora; yo voy a evaluar, como es el procedimiento usual: le vamos hacer electroencefalograma, resonancia magnética para descartar la parálisis, pero estoy seguro de que todo saldrá normal.

Se hicieron los exámentes y todo salió bien. El doctor me dijo: -Señora, no hay que creer todo lo que dice internet. Su hija tiene síndrome de Asperger, no se asuste, no se angustie. Me dice: -El autismo es un síndrome más común de lo que parece. Aquí tiene las órdenes médicas, la dieta de lo que puede y no puede comer, las medicinas que su hija debe ingerir… No recuerdo que más me dijo.

¿Autismo? ¿Síndrome de qué? Todo era en cámara muy pero muy lenta. ¿Dieta? ¿El autismo no es acaso esa película en la cual el niño se balancea y no se conecta con el mundo? Mientras tanto, el médico hablaba de las bondades de mi hija y todo lo que podría lograr.

De repente desperté. Le dije: -Por favor, escríbame en este papel cómo se llama lo que tiene mi hija. No hablé más. Solo salí a manejar por dos horas de cola en la Autopista Regional del Centro y cuatro horas más hacia el estado Guárico. Mi padre me hablaba y en mi cabeza solo resonaba la palabra autismo. Así fue, todo el duelo en cuestión de horas. No dormí, solo lloré y lo hice en el más absoluto silencio.

Llegué directo a revisar en internet. ¿Qué es asperger? ¿Qué debo hacer? ¿Qué no debo hacer? ¿Qué es gluten? ¿Qué es caseína? ¿Qué voy a hacer?. Mi duelo fue atípico, busqué información, empecé la dieta desde el primer momento en que salí del consultorio.

Lo único que no ha dejado de doler es el futuro, aunque mi hija cada día se supera más a sí misma, aunque todos los días me da una lección de vida. Pero algún día yo no estaré. Por eso me he dedicado desde entonces a luchar por la visibilización del Síndrome de Asperger.

@NorkaRuiz

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Señora, con todo mi cariño y apoyo, como madre que soy también de una criatura con asperger trastorno del espectro autista que ya ha cumplido 16 años y va a clase ordinaria con sus compañeros: desde Canarias con mucho amor y un poco de conocimiento, su hija puede comer de TODO. Lo del gluten y la caseina no está demostrado. Dele lo que le guste y alimente. Un abrazo.