Ante la contundencia de la acusación presentada por el Ministerio Público, fue sancionado a cuatro años de prisión un adolescente de 16 años de edad, tras admitir ser el responsable de la muerte de su madrastra Glenia Patricia Camargo Ramírez (41), ocurrida el 24 de agosto de 2015, en una vivienda ubicada en el sector Consejo Campesino Bicentenario, parroquia Santa Apolonia, municipio La Ceiba del estado Trujillo.
En la audiencia preliminar, el fiscal 10º de esa jurisdicción andina, Daniel Quevedo, ratificó la acusación contra el joven por la comisión de los delitos de femicidio agravado, detentación ilícita de arma blanca y porte ilícito de arma de fuego.
Tales tipos penales están sancionados en las leyes Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y para el Desarme y Control de Armas y Municiones.
Luego de escuchar la admisión del hecho por parte del adolescente y al evaluar el cúmulo de pruebas presentadas por el representante del Ministerio Público, el Tribunal 1º de Control del estado Trujillo dictó la mencionada sentencia condenatoria contra éste, quien cumplirá la pena en el Centro de Responsabilidad de Varones Adolescentes Carmania, en Valera.
En horas de la madrugada del referido día, la mujer y el joven se encontraban en su residencia cuando surgió una fuerte discusión entre ellos que finalizó cuando el hoy condenado tomó un objeto contundente y golpeó a Camargo Ramírez en la cabeza.
Además le causó múltiples heridas con un arma blanca, lo que le causó la muerte de manera inmediata.
Horas más tarde, un familiar de la víctima halló su cuerpo dentro de la vivienda, por lo que acudió al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) para denunciar la situación.
Tras diversas diligencias coordinadas por el fiscal del caso y ejecutadas por efectivos del Cicpc, se determinó la responsabilidad del adolescente en lo ocurrido, motivo por el cual fue aprehendido el 1º de septiembre en una hacienda situada en el sector Santa Apolonia.
Durante el procedimiento, los funcionarios le incautaron un arma de fuego, el arma blanca que utilizó para herir a la mujer, así como la vestimenta que usó el día del hecho, la cual tenía rastros de sangre pertenecientes a Camargo Ramírez.