Entre enero y junio en un huerto a cielo abierto se cosecharon 2.900 kilos de varios alimentos en el núcleo de desarrollo endógeno Fabricio Ojeda, ubicado en Gramovén.
Esta experiencia de agricultura urbana ha sido posible, gracias al trabajo conjunto entre la comunidad y los estudiantes de la Misión Ribas que hacen sus prácticas en el lugar.
El huerto y la casa de cultivo protegido son atendidos por 10 habitantes de la zona, de las cuales nueve son adultos mayores. Los estudiantes colaboran con el trabajo.
Orlando Ortegano, presidente de la Fundación Misión Ribas, explicó que se trata de un proceso “de aprender haciendo”.
Además, dijo que el objetivo es que las comunidades puedan producir en pequeños espacios sus propios alimentos.
“Hemos creído siempre que no solo se trata de otorgarle un título de bachiller a una persona, sino también darle una herramienta para que pueda incorporarse al área socioproductiva”, acotó.
Ortegano informó que también se están acondicionando espacios en el núcleo de desarrollo endógeno para dictar talleres de herrería, plomería, electricidad y soldadura tanto a los estudiantes de la Misión Ribas, como a la comunidad.
Dijo que con estos conocimientos los habitantes de la zona podrán incorporarse activamente a la Misión Barrio Nuevo, Barrio Tricolor: “Podrán ir a sus barrios a ser útiles, a ser protagonistas del propio proceso que están viviendo”.
Apuntó que se trata de una misión “que está activamente incorporada en la construcción de viviendas; hasta la fecha hemos construido 15 mil viviendas”.
MODALIDADES
Jesús Méndez, coordinador de logística nacional de la Misión Ribas, detalló que actualmente se desarrollan dos modalidades de agricultura urbana como el huerto y dos casas de cultivo protegido, una en producción y otra en construcción.
En el huerto a cielo abierto de 600 metros cuadrados la tierra es abonada para garantizar la producción. Allí se cultiva tomate, lechuga, cilantro, pepino, acelga, pimentón, ají dulce, ajoporro y cebollín.
“Con un pequeño cantero se pueden producir las hortalizas para la casa, para la familia. La gente está viniendo acá a comprar. Los productos también se ofrecen en varios puntos de Catia a bajos precios”, apuntó.
Destacó que, gracias a un convenio con Cuba, este año se espera una producción de 8 mil kilos.
Méndez señaló que los cultivos son libres de agrotóxicos porque se usa abono natural.
Refirió que en el núcleo de desarrollo endógeno comenzó la cría de conejos y con el excremento se alimentará a las lombrices para la producción de abono destinado al consumo interno y para la venta: “El comandante Chávez tenía un especial afecto por este núcleo.
Y nosotros estamos cumpliendo con la orden que nos dio el 31 de julio de 2005, es decir, convertir todos los espacios del núcleo de desarrollo endógeno Fabricio Ojeda en espacios productivos”.
Agregó: “Ahora estamos retomando la bandera del Comandante y vamos a poner todas las áreas de este núcleo a producir alimentos para el pueblo”.
TRABAJO DE UNA DÉCADA
Orlando Ortegano informó que en la Misión Ribas están registrados actualmente 145 mil estudiantes. Desde su creación hace 10 años han ingresado 832 mil personas.
Indicó que se han establecido convenios con Argelia, a través de Pdvsa, que han permitido “que un grupo de estudiantes haya egresado de un instituto superior en petróleo y gas”.
Además, la misión ha conformado las brigadas voluntarias de donantes de sangre: “Somos parte activa de la Milicia nacional, con un total de 8 mil personas”.
Informó además que se han constituido brigadas internacionales que han ido a Nicaragua, Cuba y Bolivia para atender las emergencias por eventos naturales: “Ayudaron a construir escuelas y viviendas”.
También la misión se ha incorporado de manera activa a la Gran Misión Vivienda Venezuela.