No se ha demostrado que su consumo sea seguro|Mitos y verdades sobre los transgénicos

A propósito del debate que de tiempo para acá ha suscitado en el país y en otras latitudes sobre el uso y consumo de las semillas genéticamente modificada, recientemente en Venezuela, la segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional (AN), Blanca Eekhout, sostuvo que se necesita una nueva Ley de Semillas que garantice la soberanía alimentaria.

El nuevo marco jurídico es necesario debido a las semillas transgénicas «no solo nos hacen dependientes de las grandes transnacionales, sino que ponen en riesgo la vida de los seres humanos que consumen los productos y genera contaminación, impidiendo la reproducción adecuada de las semillas», adviritió Eekhout.

Reiteró que la referida ley será llevada a consulta pública en todo el territorio nacional «para que el pueblo, los campesinos y todos aquellos quienes han dedicado su vida al siembra y la cultura participen en la elaboración de este importante instrumento»

«La semilla es determinante en la garantía de la soberanía alimentaria. Por tanto, necesitamos blindar el marco legal que nos permita impulsar la semilla como elemento de vida y herencia ancestral», señaló la parlamentaria.

LA TIRANÍA DE MONSANTO Y SU SEMILLA TRANSGÉNICA

Una de las empresas más conocidas a nivel internacional que trabaja en la modificación genética de alimentos es Monsanto que controla su producción y su marca a través del sistema de patente.

La semilla producida por esta compañía no puede ser vendida ni comercializada sin su autorización. En Estados Unidos ha tenido una gran penetración tanto en su agricultura como en la política de Estado de ese país.

A principios del 2013 se aprobó en EEUU la ley «de Seguridad Agraria (Farmer Assurance Provision) -que sus opositores denominan la ‘Ley de Protección de Monsanto’ (Monsanto Protection Act) por considerar que está diseñada indirectamente por la compañía Monsanto-, niega autoridad a las cortes de justicia federales para detener inmediatamente la plantación y venta de cosechas transgénicas, al margen de que representen un riesgo para la salud de los consumidores», reseñó RT el 3 de abril del mismo año.

Además, la misma página rusa de noticias puntualizó que «antes de ser firmada la nueva norma, el Departamento Estadounidense de Agricultura (USDA) debía aprobar toda siembra y venta de semillas transgénicas. Los cambios en el marco legal permiten ahora a compañías como Monsanto sembrar sus semillas modificadas sin el visto bueno previo de la USDA».

T/ Oswaldo Galet / AVN / RT
F/ Maíz Libre Org.