El proceso de beatificación del doctor José Gregorio Hernández (JGH) “va muy bien”, aseguró monseñor Fernando Castro, vicepostulador de la causa y obispo auxiliar de Caracas. “En la Congregación de los Santos hay muchísimo interés en esta causa porque se trata de un médico, de un investigador, de un académico”, argumentó.
Según el prelado, el papa Francisco ha manifestado su interés por que esto se cumpla, pero es necesario cumplir con los rigurosos procedimientos que se exigen. “No hay que olvidar que la autoridad de la iglesia está comprometida con este proceso”, subrayó.
VAN 10 DE 8 PASOS
Moseñor Castro precisó que “las causas de beatificación tienen 10 pasos y nosotros ya hemos dado ocho”. A su juicio, el 16 de enero de 1986, cuando el entonces papa Juan Pablo Segundo (hoy santo) emitió el decreto que consagró a JGH como venerable, se dio el paso más importante. De hecho, comentó que “la inmensa mayoría de las causas de beatificación se quedan antes del decreto de Venerable, porque todo el mundo tiene una página negra en la vida”.
“Nosotros ya alcanzamos esa meta, ahora solo nos faltaría encontrar el milagro y que el papa decrete la beatificación”, enfatizó.
Castro recordó que cuando se nombró venerable a JGH, estaba estudiando un presunto milagro atribuido a su mediación, “pero la comisión médica juzgó que no procedía, porque podía tener una explicación distinta a la de un milagro”.
En el año 2009, añadió, se presentó otro presunto milagro, pero también fue rechazado por la comisión.
CURACIÓN INEXPLICABLE
El milagro que se exponga ante el Vaticano, refiere Castro, “tiene que ser un hecho inexplicable, instantáneo y sobrenatural”. Por ende, es vital contar con todas las pruebas que lo certifiquen, para que no haya ninguna duda sobre el mismo.
Hasta el momento se han recibido cientos de testimonios, pero ninguno ha llegado a catalogarse como milagro. No obstante, asegura que todos esos casos son importantes, “porque es la historia de la fe de un creyente en Jesucristo que pide la ayuda a Dios a través de José Gregorio Hernández”.
Respecto a ese proceso, el doctor Manuel Guzmán Blanco, quien forma parte de la comisión creada por el episcopado para la celebración de los 150 años del nacimiento de JGH, explicó que “para que algún hecho médico califique como milagro tiene que haber una curación completa que no sea explicable por los tratamientos”.
Lo ideal, explica, es que esta sea “aguda”, es decir, “que se presente de un día para otro, o en pocos días, mientras se describe y se cambia bruscamente la condición”.
Asegura que en muchos de los casos que han revisado hasta ahora, “se han encontrado explicaciones médicas”, mientras que en otros “hay algunas descripciones en las que la enfermedad no correspondía con lo que teóricamente pensaba el enfermo”.
El médico internista, quien tiene la función de analizar los casos en detalle y consultar con distintos especialistas según las patologías que los pacientes hayan presentado, sostiene que “el caso de una persona que está muy enferma y le reza mucho a José Gregorio, pero le hacen la operación indicada y se cura, no puede ser un milagro”.
CUESTIÓN DE FE
En medicina, manifiesta Guzmán Blanco, hay cosas inexplicables que pueden ser anticipadas de una manera y de pronto se presentan de una forma distinta. Es probable que influyan en esto la complejidad de las enfermedades y de las propias personas.
Según el experto, “no hay duda de que detrás de muchos casos inexplicables esté la fe de la gente”. Incluso, menciona que hay quienes han estudiado el efecto de la oración en el curso de las enfermedades, y han logrado comprobar que quien aborda cualquier padecimiento con fe “probablemente está más tranquilo”, y eso repercute de alguna forma en su estado.
Pero en todo caso, acota, al encontrarse con ese tipo de situaciones “la medicina no puede hablar de milagros, sino de algo inexplicable científicamente”. Le corresponderá a un tribunal local, creado por el vaticano, evaluar y emitir un juicio.