Presentaron el compendio de relatos breves Tropicamentos|Monte Ávila homenajeó a Renato Rodríguez en el Segundo Encuentro de Narradores

Un merecido homenaje se le rindió este domingo en la última jornada del Segundo Encuentro Internacional de Narradores al autor venezolano, Renato Rodríguez, con la presentación de la primera edición su obra Tropicamentos, publicada el año pasado por la estatal Monte Ávila Editores Latinoamericana.

En conversación con el Correo del Orinoco, el presidente de Monte Ávila, Carlos Noguera, explicó que la edición de este título tiene por objeto honrar al autor , fallecido en junio del año pasado, y al mismo tiempo cumplir su voluntad manifestada cuando donó toda su obra a la editorial adscrita el ministerio para la Cultura, con la condición de que en efecto se publicara. Y así “también cumplimos con el público lector que siempre está buscando algo de Renato Rodríguez”, completó Noguera.

Compuesto por cinco relatos breves, Tropicamentos, “quizás no está a la altura de las grandes obras de Renato Rodríguez”, como El bonche (1976), Al sur del Equanil (1963), La noche escuece (1985) o Viva la pasta / Las enseñanzas de Don Giuseppe (1985), “pero como ocurre con todos los grandes autores, que todo papel que escriben son importantes, este texto también lo es, porque contribuye a que los lectores tengan una visión adicional, complementaria e integral del escritor. Y es especialmente importante para los investigadores que siempre están atentos a los matices que adquiere la obra de un autor”, declaró el presidente de Monte Ávila.

El libro, que se puede conseguir en la Red de Librerías del Sur “a un precio ridículamente barato, igual al de un café”, a juicio de Noguera podría tomarse incluso como una curiosidad, porque contiene textos anteriores a todas las obras conocidas de Renato Rodríguez, escritos en los años 1951, 1953 y 1961.

Para Noguera es un dato interesante constatar en Tropicamentos como algunas de las características fundamentales de la obra de Rodríguez ya estaba presente en sus escritos iniciales, cargados en este caso de matiz más rural de lo que se observa en sus relatos más conocidos.

En efecto los relatos de Rodríguez presentados en esta oportunidad por Monte Ávila, tienen la particularidad de estar ambientados, la mayor parte de ellos, en zonas rurales donde, buena medida, se formó el autor antes de iniciar su periplo por el mundo.

“Porque él era muy cosmopolita un gran viajero, en los libros de él, desde Al sur del Equanil en adelante, en su trabajo se ve reflejada Latinoamérica, Nueva York, París, Europa central, en fin, fue un trashumante, un viajero impenitente, le encantaba viajar. Sin embargo hay siempre en esos libros de viaje, un vaivén que el recuerdo lleva a los protagonistas a recordar momentos lejanos con el abuelo, con el padre o con la casa solariega en la que vivió en el pasado”, detalló Noguera.

LETRAS DESENFADADAS

En el homenaje participaron además el escritor, Gabriel Jiménez Emán y la narradora, Sol Linares. El primero, amigo personal de Rodríguez, lo definió como “la imagen misma del desenfado” y lo identificó con la figura del el gato, presente en la novela El bonche.

“En esa obra la imagen del gato es predominante, lo usó allí como un símbolo de la aventura, de la noche, el misterio, el asombro. Y eso refiere un poco la fuerza existencial de Renato, porque una de las cosas más importantes en él fue su capacidad de existir, de vivir y escribir sobre sus propias vivencias”, aportó Jiménez Emán.

Justamente en esas vivencias, a decir de Gabriel Jiménez, radica buena parte de la obra legada por Renato Rodríguez. “Él fue bombero, bedel, albañil, cocinero hizo de todo. En Nueva York aprendió a cocinar y eso le quedó como una marca bohemia en su vida y su obra”, comentó el también director de la revista cultural Imagen.

Sobre el libro presentado, Jiménez Emán contó que el título es una palabra inexistente inventada por el autor.“Viene del trópico, de Tropicalia, como el libro de Igor Delgado Senior. Si Tropicalia es la tierra del trópico, Tropicamentos viene a ser algo así como: relatos escritos sobre el trópico. En este caso son textos breves, también muy desenfadados, con personajes y sketchs que van muy bien con el espíritu de la primeras cosas que se publicaron de Renato Rodríguez”, explicó.

PLUMA ENVIDIABLE

Por su parte, Sol Linares declaró que con Tropicamentos, un texto inédito hasta ahora, se lleva “una agradable sorpresa” de un escritor muy querido que mostró “una adolescencia que no tiene fin, una alegría que no tiene explicación y una ternura que no necesita ser erudita”, poetizó.

La ganadora de la primera edición del Premio ALBA Narrativa 2010, comentó que Renato Rodríguez es un autor ideal para iniciarse igualmente como lector y como escritor. “Su obra esta llena de elementos que no tienen edad”, argumentó.

Como lectora, define a Rodríguez como un autor alejado de dogmatismos y con una obra en la que no hay opuestos. Como escritora, “lo envidio muchísimo, me gustaría escribir como él”, confesó entre risas.

Texto/Luis Jesús González Cova
Foto/José Luis DíazTexto/Luis Jesús González Cova
Foto/José Luis Díaz