Tal día como hoy hace 206 años| En el Monte Sacro Simón Bolívar hace el juramento con el que nació como Libertador

Hoy se cumplen 206 años del día en que Simón Bolívar juró en Roma, ante su maestro Simón Rodríguez, que nunca descansaría hasta liberar a su patria de la opresión del Imperio español. Para ese momento acababa de cumplir tenía 22 años y había enviudado hacía casi tres y llevaba 18 meses en Europa.

El joven caraqueño llegó a la capital de Italia acompañado de su amigo Fernando Toro y de Rodríguez, por cuya iniciativa hicieron buena parte del viaje a pie desde Milán, donde habían visto la coronación de Napoleón. La ruta que siguieron los llevó cubrió Venecia, Ferrara, Bolonia y Florencia.

Fue un viaje de exploración y estudio de la historia y de la realidad de una nación que entonces era estaba en el centro de complejos procesos políticos. La discusión constante, las tertulias con gente de diversa condición, la visita a museos y bibliotecas fueron reanimando en el joven caraqueño las inquietudes que su maestro ya había despertado en él cuando todavía era un muchacho rebelde. De eso quedó constancia en una carta del 19 de enero de 1824. cuando ya se había convertido en estadista:

“Ud. formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que Ud. me señaló. Ud. fue mi piloto aunque sentado sobre una de las playas de Europa. No puede usted figurarse cuán hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que usted me ha dado; no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que usted me ha regalado”.

Lo cierto es que cuando puso el pie en Roma, Bolívar ya parecía tener consciencia de su lugar en la historia. Así lo deja ver la más famosa carta que le escribió a su maestro en 1842, en al que le dice:

“¿Se acuerda Ud. cuando fuimos juntos al Monte Sacro en Roma, a jurar sobre aquella tierra santa la libertad de la patria? Ciertamente no habrá Ud. olvidado aquel día de eterna gloria para nosotros; día que anticipó, por decirlo así, un juramento profético a la misma esperanza que no debíamos tener”.

Ese juramento definió un camino que revolucionó una buena parte del mundo. Como dijo el historiador Augusto Mijares, “en ese momento podemos decir que nació el Libertador. Pues como lo escribiría posteriormente don Simón Rodríguez, anticipándose a una observación de Niezstche muy parecida: ‘Los bienhechores de la humanidad no nacen cuando empiezan a ver la luz, sino cuando empiezan a alumbrar ellos”.

PALABRAS DE UN VISIONARIO

Aunque fue un discurso dicho de viva voz, años después Simón Rodríguez puso por escrito esta versión, que es la que se ha conservado para la historia.

¿Conque este es el pueblo de Rómulo y Numa, de los Gracos y los Horacios, de Augusto y de Nerón, de César y de Bruto, de Tiberio y de Trajano? Aquí todas las grandezas han tenido su tipo y todas las miserias su cuna. Octavio se disfraza con el manto de la piedad pública para ocultar la suspicacia de su carácter y sus arrebatos sanguinarios; Bruto clava el puñal en el corazón de su protector para reemplazar la tiranía de César con la suya propia; Antonio renuncia los derechos de su gloria para embarcarse en las galeras de una meretriz; sin proyectos de reforma, Sila degüella a sus compatriotas, y Tiberio, sombrío como la noche y depravado como el crimen, divide su tiempo entre la concupiscencia y la matanza. Por un Cincinato hubo cien Caracallas, por un Trajano cien Calígulas y por un Vespasiano cien Claudios.

Este pueblo ha dado para todo; severidad para los viejos tiempos; austeridad para la República; depravación para los Emperadores; catacumbas para los cristianos; valor para conquistar el mundo entero; ambición para convertir todos los Estados de la tierra en arrabales tributarios; mujeres para hacer pasar las ruedas sacrílegas de su carruaje sobre el tronco destrozado de sus padres; oradores para conmover, como Cicerón; poetas para seducir con su canto, como Virgilio; satíricos, como Juvenal y Lucrecio; filósofos débiles, como Séneca; y ciudadanos enteros, como Catón.

Este pueblo ha dado para todo, menos para la causa de la humanidad: Mesalinas corrompidas, Agripinas sin entrañas, grandes historiadores, naturalistas insignes, guerreros ilustres, procónsules rapaces, sibaritas desenfrenados, aquilatadas virtudes y crímenes groseros; pero para la emancipación del espíritu, para la extirpación de las preocupaciones, para el enaltecimiento del hombre y para la perfectibilidad definitiva de su razón, bien poco, por no decir nada.

La civilización que ha soplado del Oriente, ha mostrado aquí todas sus fases, han hecho ver todos sus elementos; mas en cuanto a resolver el gran problema del hombre en libertad, parece que el asunto ha sido desconocido y que el despejo de esa misteriosa incógnita no ha de verificarse sino en el Nuevo Mundo.

¡Juro delante de usted; juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi Patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!

Texto/Carlos Ortiz
Foto/Archivo CO
  • Casualmente hoy he terminado de leer un libro sobre el libertador y de este concluyo que no ha habido en la historia un hombre mas grande y visionario que Simon Bolivar quien para su tiempo vislumbró lo que apenas hoy estamos intentando construir, una unión de repúblicas sudamericanas que puedan equiparar en grandeza a Europa o los Estados Unidos; misión noble e ideal pero difícil de conseguir mientras en nuestros paises sigan gobernando los sátrapas que siempre han antepuesto sus intereses personales por encima de los de las grandes mayorías.

  • a los 206 años de una emancipacion y luego de un discurso premolitorio, por un joven que en sus manos solo tenia las ganas de ser libre, Bolivar predice lo que seria la mas grande tarea por la libertad de un continente que duro 300s años siendo esplotado por un imperio genocida que destruyo a una poblacion que vivio libre con sus propias costumbres.Tamaña tarea fue dura y con un saldo dolorasa, espresion dicha por el libertador cuando en una carta dirijida a su tio le declara «la mitad de los venezolanos an muerto en esta guerra cruenta y sangrienta por la libertad, nos han mermado, pero la otra mitada esta dispuesta a derramar su sangre si es necesario por ser libres». Han pasado 206 años y es ahora cuando se ve la libertad que que Bolivar proclamaba en el monte sacro, cuando las riquezas del suelo es de los venezolano que el fruto del efuerzo de los libertadores se ve. Pero asi como un imperio cae se lebanta otro, y Bolivar otravez lo predise de los EEUU de norte america.