El presidente Evo Morales expresó su apoyo a la propuesta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de crear un grupo para investigar los crímenes supuestamente cometidos por el Gobierno de facto de Bolivia.
Bolivia está sumergida en una crisis política desde las elecciones del 20 de octubre, en las que ganó Morales, pero cuyo resultado fue cuestionado en un informe de la Organización de los Estados Americanos tras el cual el exmandatario renunció el 10 de noviembre, presionado por la cúpula del Ejército y la Policía, luego de semanas de protestas violentas en contra de un presunto fraude electoral.
Después de que Morales fuera asilado por México, la senadora opositora Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta sin pasar por los procedimientos legislativos previstos en unas sesiones del Parlamento que no tuvieron el quórum requerido.
El Gobierno de facto sacó a los militares a las calles para aplacar las protestas y emitió el 15 de noviembre un decreto que exime al Ejército de eventuales responsabilidades penales.
El decreto, criticado fuertemente por la CIDH y otras organizaciones de derechos humanos, fue anulado el pasado 29 de noviembre.