El movimiento bolivariano de Colombia rechazó este sábado que el expresidente Álvaro Uribe se haya inmiscuido en el proceso electoral venezolano de octubre próximo y promueva una campaña contra el candidato y gobernante de este país, Hugo Chávez.
En una carta abierta a Uribe fechada este sábado en la ciudad limítrofe de Cúcuta, el Movimiento Comunero Socialista Bolivariano (MSB Colombia) advirtió del daño a la hermandad causado por el exgobernante colombiano con su cruzada contra Chávez.
La misiva fue divulgada en coincidencia con una visita de Uribe a la zona limítrofe para reunirse con el candidato presidencial opositor venezolano Henrique Capriles y dirigentes de la alianza Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
“Aciago ha sido el resultado de su enfrentamiento personal y camorrista que sostiene contra el presidente Chávez”, escribió el director general de esta formación, David Corredor Cuéllar, que firma la misiva.
Corredor agregó que “grandes daños ha ocasionado a la convivencia fraterna y solidaria con nuestros hermanos de Venezuela su deplorable actitud”.
“No es mucho lo que usted puede mostrar en su obra de gobierno 2002-2010 comparado con los avances de la Revolución Bolivariana”, consideró el responsable del MSB Colombia, formación afín a Chávez creada hace poco más de dos años.
Corredor sostuvo que en el caso de Uribe “sólo se destaca y con mucha fuerza, una estela de impunidad con el crimen organizado” que se formó alrededor del exmandatario colombiano, de quien dijo que no responde por ello “debidamente ante la comunidad internacional”.
“Frente a tan exagerada impudicia, (Uribe) no es la persona adecuada moralmente para levantar las banderas en contra del socialismo humanista”, subrayó luego.
En la comunicación, Corredor retó a Uribe a un debate público de análisis de lo que el expresidente colombiano “define como la ‘dictadura chavista en la República Bolivariana de Venezuela’, comparado con la maléfica influencia narcoparamilitar en la política de la República de Colombia”.
Las relaciones bilaterales cayeron a escalas históricas durante los dos gobiernos de Uribe, que dejó el poder en agosto de 2010 con los nexos bilaterales rotos, por decisión de Chávez, a quien relacionó siempre con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).