A la medianoche de este viernes (hora local), el presidente de Egipto, Hosni Mubarak, anunció que pidió la renuncia a los componentes de su gobierno y armará otro gabinete mañana sábado, «para que plantee objetivos claros y resuelva la situación». Al mismo tiempo, advirtió que «no permitirá el caos».
El mandatario se dirigió a la nación en un mensaje por televisión, tras los graves disturbios que se produjeron a lo largo de cuatro días en varias ciudades egipcias, donde los enfrentamientos entre manifestantes y Fuerzas de Seguridad dejaron varios muertos y un millar de heridos.
Mubarack se defendió de las acusaciones de falta de democracia en el país manifestando que “esas protestas no se hubieran producido en un país sin libertades». Igualmente, prometió “reducir el desempleo y mejorar los servicios de sanidad y educación”.
Dijo que era consciente de las demandas de reformas políticas, sociales y económicas llevaron a los ciudadanos a salir a la calle, pero insistió en la necesidad de mantener la seguridad bajo control.
A pesar de que las protestas se han centrado en las últimas horas en pedir la renuncia de Mubarak, en el poder desde 1981, el gobernante egipcio no expresó ninguna intención de renunciar al poder.