El expresidente de Egipto, Hosni Mubarak, quien fue derrocado por un golpe militar en 2011, falleció ayer a los 91 años en un hospital de El Cairo, a consecuencia de una dolencia gastrointestinal.
Mubarak, quien había sido intervenido quirúrgicamente en meses pasados, gobernó a su país por tres décadas, y fue declarado culpable por corrupción y complicidad en el asesinato de manifestantes durante las protestas populares que formaron parte de la denominada «Primavera árabe» .
El exmandatario egipcio, considerado como un presidente fuerte, que gobernó con puño de hierro, en 2017 egipcio fue excarcelado, tras ser exonerado de la mayoría de los cargos, citó Xinhua.
Hosni Mubarak, quien nació el 4 de mayo de 1928, en Kafr El-Meselha, en Menufia, en el entonces Reino de Egipto, al culminar la secundaria ingresó a la Academia Militar donde obtuvo el título en Ciencias Militares a los 20 años de edad. Luego se unió a la Academia de la Fuerza Aérea y por su exitosa carrera fue nombrado comandante de la Aviación y posteriormente ministro de Defensa. En 1975, el presidente Anwar el-Sadat lo nombró vicepresidente.
Ante su posición contra el fundamentalismo islámico y sus relaciones diplomáticas con Israel, Mubarak en varias ocasiones fue víctima de varios atentados fallidos durante su dictadura, según reseña BBC, sobrevivió a seis atentados.
Durante su mandato, “Mubarak fue un aliado de Estados Unidos, un baluarte contra la militancia islámica y un guardián de la paz de Egipto con Israel. Pero para las decenas de miles de jóvenes egipcios que durante 18 días de 2011 participaron en protestas callejeras sin precedentes en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, y en otras partes del país, Mubarak era una reliquia, un faraón moderno”, reseñó Clarín Mundo.